jueves, febrero 25, 2021

Un país sistemáticamente destruido

 



Lecturas de papel

 

Un país sistemáticamente destruido

 

Juan Guerrero (*) 

 

 

  Sigo pensando, mientras no encuentre otra hipótesis que lo niegue, que la destrucción de Venezuela no ha sido un hecho fortuito.

 

Para lograr tal cometido hubo que recurrir a una larga y bien planificada estrategia, donde se han conjugado una serie de factores, entre ellos, la evidente y notoria fase de permitir la decadencia educativa, que se logró por la insistente intromisión de planes y estrategias pedagógicas foráneas que terminaron fracturando el eje fundamental de la educación a largo plazo, como vehículo que fortalecía la identidad nacional y su visión de construcción de una gran y próspera república.

 

  Tanto fue la búsqueda de un modelo único de educación, que en la década 80-90, se probaron al menos, entre 4-5 modelos, prácticamente en cada nuevo gobierno se sustituía un modelo por otro, peor todavía, en los procesos de lectura y escritura como ejes que buscaban la transversalidad y que permeaban todo el proceso de aprendizaje.

 

En la educación superior los modelos pedagógicos autonómicos universitarios se fueron complejizandoconvirtiendo a los centros universitarios en verdaderos territorios caóticos formando grupos de poder que lidiaban por el control de las instituciones. Ya en los años 70, Josu Landa lo afirmaba en su libro, “Miseria de la universidad”, donde denunciaba a estos grupos de poder como artífices de la destrucción, por implosión, de las universidades.

 

  Creo que esta sistemática destrucción del aparato educativo venezolano ha durado cerca de 40 años, donde esto que ahora presenciamos no es más que el desmantelamiento final de las estructuras físicas, que tienen como centro de su focalización, a los grandes complejos universitarios, como la Universidad de Oriente, la Universidad Simón Bolívar, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, LaUniversidad Central de Venezuela, La Universidad Nacional Experimental de Guayana, entre otros, que periódicamente denuncian que en su campus universitario sus instalaciones han sido saqueadas, desmanteladas, robadas, incendiadas, tanto en su planta física como el robo a los miembros de su comunidad.

 

  En su fase final, el régimen no ha tenido que intervenirlas militarmente puesto que el plan de control de sus sedes se hizo siguiendo una dinámica que contó con agentes internos quienes han servido de ‘quinta columna’ para apoderarse de ellas desde adentro. No hizo falta invadirlas con tanques ni soldados, la desidia, el control presupuestario, los sueldos miserables a su personal docente, de investigación, administrativos, obreros y las miserables becas a su población estudiantil, junto con las continuas incursiones de bandas de colectivos quemando bibliotecas y destruyendo equipos de alta tecnología, y una férrea censura impuesta a sus autoridades rectorales, han sido las estrategias para lograr el control de la universidad venezolana.

 

  Las ‘nuevas universidades’ que veremos no contarán en su oferta académica con las tradicionales carreras universitarias del área de humanidades ni ciencias sociales. Todas las 145 disciplinas del conocimiento que para los próximos años se vislumbran, se centrarán en requerimientos técnico-tecnológicos, fundamentalmente. Con ello se verá a futuros profesionales ‘aprieta tuercas adiestrados’ para recibir instrucciones sin capacidad para el discernimiento ni tomar decisiones gerenciales importantes ni menos trascendentales.

 

  La base fundamental de toda sociedad, su modelo educativo de Estado, no existe en Venezuela. La realidad que se vive en la actualidad es la fase de suplantación de una educación que era gratuita desde 1870, por otro modelo diseñado para adiestrar-capacitar personal adecuado a un sistema de producción absolutamente desvinculado de la tradición cultural de una nación. Mano de obra elemental, técnico-tecnológica, de bajo costo, instruido en una base de aprendizaje con un promedio de duración, entre 3-4 años, para servir a empresas extractoras de productos semiterminados y de fases intermedias de fabricación.

 

Al fracturar la educación venezolana, que ha sido la herramienta de ascenso social por excelencia y tradición, el régimen totalitario venezolano instaura un modelo tecnocrático precario y desfasado de la nueva realidad educativa mundial, para adiestrar personas en procesos pedagógicos rudimentarios y de escasa excelencia académica. Una educación dirigida a perpetuar la pobreza y acrecentar la mentalidad marginal como poder de Estado.

 

  Con ello se hará más evidente y cruel la brecha social y la discriminación en la educación venezolana, pública, para más del 89% de la población económicamente empobrecida, y el resto de quienes pueden acceder a otros modelos educativos, privados, tanto dentro como fuera del país.

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

jueves, febrero 18, 2021

Lenguaje y barbarie

 



Lecturas de papel

 

Lenguaje y barbarie

 

Juan Guerrero (*) 

 

 Ahora cuando los pobres y la pobreza, con su mortaja de podredumbre humanadesparraman por el mundo su hedor, es importante diferenciarlos de aquellos otros que pueblan el submundo y que se encuentran más allá del ‘borderline’ de la vidaesa otra frontera, ese otro límite que son los marginalesy la marginalidad. Los primeros conservan principios y valores sociales, apegados generalmente a las normas y leyes, pero estos últimos no reconocen otra forma de convivencia que no sea aquella de la trasgresión y del discurso violento y de la violencia, pura y dura.

 

  Tristemente esto que indicamos es lo que ‘repugna’ a otras sociedades y gobiernos donde los venezolanos, de lo que he dado en llamar la IV ola de desplazados, están generando caos, no tanto por su cantidad como por ser eso, pobres y sobre manera, marginales. Ya lo ha indicado la profesora de la universidad de Barcelona, España, Adela Cortina, con su acuñado término, ‘Aporofobia’, para diferenciarlo de xenofobia y llamar la atención sobre este fenómeno sociológico y político que afecta a una gran cantidad de países y sociedades. 

 

  Todo esto que mencionamos tiene su correspondencia en el lenguaje y se manifiesta en hechos concretos, episodios de la vida diaria y trasciende a otros escenarios, como el político, económico, militar, intelectual, académico e incluso, religioso. Afecta a prácticamente todo el hacer humano. Por eso, mientras pasan los años, sin darnos cuenta, la sociedad venezolana ha descendido al inframundo del lenguaje de la marginalidad con sus correspondientes episodios de tragedias, comenzando por la cotidianidad de la violencia. Es que la marginalidad es, en sí misma, generadora continua de violencia.

 

  El lenguaje de la marginalidad, sinónimo de barbariemantiene su carga de violencia, sea en las palabras como en el lenguaje corporal de quien lo práctica. Por ello, el liderazgo político venezolano, por ejemplo, en su generalidad, debe calificarse como barbárico, marginal en tanto sus personajes siempre mantienen un lenguaje corporal y de palabras que socavan toda argumentación basada en la necesidad del lenguaje reflexivo, que siempre debe ser reposado por su naturaleza compleja. 

 

  Esto que menciono sobre el liderazgo político lo afirmo sobre la base de haber mantenido desde hace unos cuantos años, cercanía con decena de jóvenes, y no tan jóvenes políticos, quienes poseen un registro idiomático sumamente empobrecido, rudimentario y estructurado a partir de la construcción de ‘palabras muletillas’, por ejemplo, ‘elemento’, término usado una y otra vez en prácticamente todos sus discursos por un joven político nacional.

 

Pero lo lamentable no es tanto la escasez terminológica como la carga de lenguaje corporal agresivo, retador y malsano que construye en el imaginario del receptor, universos de lenguaje, tanto en la oralidad como en maneras de comportamiento, que llevan una carga de simbolismos que son replicados, copiados y usados cual ‘licencias’ para justificar el discurso del odio, la construcción de estigmas sociales que son los desencadenantes de la violencia generalizada con su saldo cruel de víctimas.

 

No se crea que al hablar de marginales nos estamos refiriendo solo a quienes nada material poseen, salvo su humanidad destrozada y usada como mercancía de compra-venta. Nos referimos también a quienes mantienen, tanto en su lenguaje oral, gestual y comportamientos trasgresores ante las leyes socialmente aceptadas, una vida cotidiana de permanente ultraje a las mínimas normal sociales.

 

  Existen marginales disfrazados, que usan corbatas LouisVuitton y brindan con Dom rignon, otros usan sus vehículos de doble tracción de última generación mientras conversan con celulares sofisticados, viajando por carreteras venezolanas llenas de huecos y tropiezan con los desperdicios de aguas cloacales. Es el total desprecio al Otro semejante, a quien miran de reojo mientras lo suman como objeto para el voto.

 

  Es que la mentalidad marginal y los marginales junto con su lenguaje son complejidades que habitan, bien en rancherías, tugurios como en oficinas ultra lujosas, mansiones y centros de convenciones. Ambos tienen en común la permanente trasgresión, la violencia del lenguaje,y, por consiguiente, la cotidianidad en sus actos vandálicos y de pillaje a los bienes públicos y privados. 

 

Venezuela, hoy, ya no es un país competitivo, ni por su petróleo, ni por su hierro-acero, ni por su aluminio, ni por su petroquímica, ni por su oro de sangre, ni por su venta de electricidad. Venezuela, hoy, solo es competitiva por la exportación de su pobreza y marginalidad, que son una mercancía usada para la prostitución, el tráfico de drogas, para la pedofilia y para la venta de órganos.

 

Es muy difícil erradicar esta peste social, mental de la pobreza y marginalidad en Venezuela. No será ni con votos ni mucho menos, balas. Solo el esfuerzo sostenido, permanente de un proceso educativo-directivo, podrá superar en el tiempo una enfermedad mental instalada en la psique de un inmenso número de venezolanos, quienes cada vez se fortalecen en los rudimentos de un lenguaje que tiene una carga de violencia capaz de tenernos a todos al borde del fracaso, como pueblo y nación. 

 

 

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1



jueves, febrero 11, 2021

El ángel innumerable




 Lecturas de papel

 

El ángel innumerable

 

Juan Guerrero (*) 

 

  Fue en una mañana de febrero de 1997, cuando mi entrañable amigo, Ángel Valencia, se apareció acompañado con una persona, que, a cierta distancia, por su porte al caminar un tanto desgarbado, alto, y con un maletín de semicuero negro, parecía un cobrador de impuestosmunicipales. De hecho, creo que estaba trabajando en algo así.

 

Era ya el final de la mañana, y entre las mesas todas ocupadas en la famosa heladería 4D, en la concurrida avenida 4 de mayo, en la isla de Margarita, nos quedamos un buen rato conversando mientras decidíamos dónde poder almorzar. Nos decidimos por un comedor vegetariano, en lo alto de un edificio al doblar la esquina, a sugerencia de mi amigo, Ángel, quien profesaba unas creencias sobre la transmigración del alma a través de las ingestas frugales y vegetales.

 

  En la alegre charla descubrí que ese nuevo personaje había concurrido con nosotros en un mismo lugar, la insufrible e histórica Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Teníamos poco más de 18 años de no vernos. Mientras Ángel ordenaba las coordenadas del tiempo para lograr conectar con la isla del presente, el personaje que estaba sentado a mi lado, de pronto alzo el maletín, lo colocó en la pequeña mesa, apartó sellos húmedos, papeles y copias al carbón, libretas de pago, una grapadora, y demás rudimentos oficiales, y del fondo sacó un libro. Después de escribir algo en él, me lo entregó.

 

  -Esto es para ti, mi olvidadizo amigo. Nosotros nos conocimos en la Escuela a mediados de los años setenta¡para que no te olvides de mí, chico! Después todo fue una peladera de dientes, entre risas, recuerdos, menciones de otros amores, preguntar por viejos amigos, profesores, hasta ese presente que ya tiene más de 24 años de aquel día. Día que se alargó en más de dos en celebraciones, entre el mediodía de su salida del trabajo y escaparse o acompañarlo en su recorrido de centros comerciales y locales, oficializando cancelaciones o multas.

 

Ahora tengo otra vez su libro entre mis manos, El ángel innumerable, de Carlos Cedeño Gil, (1952-2021), libro que fue premiado en el Concurso de Poesía “Madre Perla”, en 1992 y editado por Fondene, 1993.

 

Termina su dedicatoria, así: “…antiguo compañero en cualquier lugar donde la poesía y el amor convivan su aventura de riesgo y dioses. Afectuosamente, El Ángel Innumerable de Carlos.”

 

  Lo leí inicialmente cuando, regresando una noche a tierra firme, después de ese largo encuentro, tuve que pernoctar toda una madrugada, frente al embarcadero de Porlamar, para salir rumbo a Cumaná en un viejo ferry que solo transportaba camiones y gandolas. Mientras veía a los recios choferes encontrarse e intercambiar sus botellas de ron y guarapitas, mi mirada se alargó hasta el frente de la larga fila de vehículos y se detuvo, mientras afinaba el oído para escuchar a un Javier Solís que dejaba salir su voz melodiosa y melancólica, entre un grupo de hombres sudorosos, semidescalzos y sin camisas, que, botellas en mano, permanecíanhipnotizados por esa ternura de voz. –¡Échese una, hombre!No ve que es mejor escuchar el mal querido tomando ron. Lo agradecí, también por escuchar al trovador, ChelíasVillarroel y a Francisco Mata, y allí permanecí gran parte de la noche larga. Después, regresé a mi camioneta y con el ron entre los labios, me dediqué a leer el libro de mi viejo amigo.

 

  Ahora, releo otra vez ese incandescente libro y me asaltan las olas (alas de un ángel) de una obra en verdad luminosa, esplendorosamente viva en sus imágenes que traen el viento fresco de la mar eterna, que es memoria, encantamiento y lucidez.

 

  Porque este libro es un cuerpo vivo, sensual, construidodesde la riqueza idiomática poblada de sabores, colores, de memoria y resquicios. –Este es el otro ángel, más rebelde y caribeño, que Rilke dejó atrapado en el castillo de Miramar, en Trieste. Sonreímos mientras terminamos nuestro vegetariano almuerzo, tan soso y desabrido. 

 

 Así habla la voz poética de Carlos Cedeño Gil: “A qué Dios imaginas reinando/ En parajes donde impera la vastedad del agua y la nostalgia/ Al sumergido anclaje de la melancolía/ O al nombre grabado entre ventiscas/ Cuál voz ocultas/ Entre oquedades de pajuelas errantes/ El misterio encerrado en tu mirar profundo/ Cuál lenguaje y qué gesto tiene el viento y su imagen/ Codiciados espejismos de mar/ Irradiando aquel verdor paisaje y su música/ Donde doras tussenos al alba/ Sobre aquel cuerpo desnudo la memoria detiene su viaje.” (Dios memorable).

 

Muy temprano partió mi amigo, Carlos Cedeño Gil. Sin embargo, además de este libro del cual comentamos, El ángel innumerable, también publicó: Poema sencilloBajo la sombra del vueloPoemas de la mujer de otro sueñoSocaire. Fue merecedor de varios premios literarios, entre los cuales mencionamos: Premio de Poesía, Luis Castro, Finalista del concurso de cuentos Empresas Polar, Premio de Poesía, José del Valle Lavaux, Premio de Poesía, José del Carmen Rosa Acosta. 

 

Hoy debo borrarlo de mi lista de poetas con quienes deseo conversar, dialogar, entrevistar, y que, por tantas otras razones, han sido olvidados por la ventisca del momento. Sin embargo, su poesía es luz de talismán que descubre una obra de revelaciones, elegante, sensual y de claros amaneceres, donde la imagen de un ángel dibuja la sonrisa del eterno enamorado de la vida y sus instantes. 

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1






viernes, febrero 05, 2021

Resistir en la cultura



Lecturas de papel

 

Resistir en la cultura

 

Juan Guerrero (*) 

 

  Las diversas invasiones que el ejército cubano-castrista ha ejecutado desde inicios de 1960, tanto en África como en países latinoamericanos, son muestra de la barbarie palpable del denominado hipócritamente, ‘internacionalismo militar’o fraternidad, o hermandad socialista. Ejemplo palpable de ocupación bárbara, por más de 15 años, es lo ocurrido en Angola, donde el ejército de ocupación cubano-castrista incendió una iglesia católica, ejecutó al sacerdote y los feligreses, luego, todo el mobiliario de madera, bancos, cruces y santos, fue usado para cocinarle a los soldados invasores y festejar la matanza.

 

  Similares actos de barbarie ejecutaron las fuerzas militares de ocupación cubano castristas, en Etiopía, Siria, Argelia, Guinea, y todos aquellos países donde la presencia de los ‘internacionalistas’ cubano-castristas ha sido documentada por investigadores independientes. En América Latina la presencia de esta barbarie siempre se ha solapado con el fantasma del ‘imperialismo norteamericano y sus lacayos’, propaganda que ha servido para ocultar la presencia armada de las fuerzas regulares castristas, en Bolivia, Nicaragua, Dominicana, Panamá, Chile, y en dos oportunidades enVenezuela. 

 

  En este último país, la ocupación cubano-castrista se realizó a partir de un plan que incluyó, tanto a políticos, empresarios, financistas, académicos, intelectuales, periodistas, como a militares del propio país. Porque los ciudadanos son quienes tienen menos responsabilidad en la ocupación que desde hace poco más de 20 años, disfrazados de enfermeras, masajistas, asesores deportivos, culturales, militares, entre otros, realizaron para lograr finalmente, ocupar todo un país con la excusa de realizar actividades de ayuda humanitaria.

 

  Una pequeña muestra de la barbarie cubano-castrista en Venezuela, es la planificación, construcción y la ejecución posterior de los centros de tortura, como ese sitio de terror llamado La tumba, dirigido inicialmente por un oficial venezolano, Miguel Rodríguez Torres, bajo asesoría de la ‘inteligencia’ cubana. La ‘formación y prácticas de tortura’, sobre todo psicológicas, son copia fiel de las antiguas usadas en Cuba, a la vez, heredadas de la URSS y la Alemania nazi (nacional socialista).

 

  La presencia de esta gigantesca fuerza de ocupación militar cubano-castrista en Venezuela, que en su tiempo Chávez, en un Aló presidente, indicó en más de treinta mil internacionalistas, ha dado sus claros y crueles resultados: una población que alcanza poco más de 96% en situación de pobreza, de ese porcentaje, el 80% se encuentra en pobreza extrema. La estructura administrativa del Estado, total y absolutamente desarticulada. La industria pesada nacional, con su empresa emblemática, PDVSA, destruida, saqueada y sin capacidad tecnológica para competir en el mercado internacional, igual ocurre con las industrias siderúrgica, hierro, aluminio, carbón, petroquímica. La estructura financiera nacional, con el signo monetario, el bolívar, en la más profunda crisis monetaria, poco más de 140 mil kilómetros cuadros (el Esequibo) de territorio en riesgo de perderse, los sistemas sociosanitario, educativo, cultural, deportivo, en franco deterioro y desarticulados. 

 

  La ocupación de las fuerzas militares cubano-castristas, con la anuencia de empresarios, políticos oficialistas y de oposición, militares, académicos e intelectuales venezolanos, ha significado un claro, evidente y notorio retroceso en los procesos de modernización de la sociedad y es un claropeligro para la plena vigencia de la República y el Estado de Derecho como unidad histórica y cultural.

 

  La realidad no puede ocultarse y se muestra ela inexistencia de construcciones a lo largo y ancho del país.En poco más de 20 años de presencia efectiva del llamado socialismo del siglo XXI y del ‘internacionalismo’ cubano-castrista, asoman apenas dos edificaciones: el segundo puente sobre el río Orinoco, en Guayana, y la reconstrucción del Viaducto en la autopista Caracas-La Guaira. De resto, solo enfermedades que habían sido erradicadas, vuelven como señales de atraso y penuria de una presencia cruel y bárbara extrajera, con la anuencia de traidores nacionales: tuberculosis, malaria, cólera, lepra, difteria, sarampión, sarna, junto con la desnutrición infantil, es lo que deja la presencia del ‘internacionalismo’ cubano-castrista en Venezuela.

 

  Difícil será levantar una sociedad mal acostumbrada a la vida parasitaria, a la holgazanería, a realzar la pobreza material, intelectual, espiritual como forma de vida. Un proceso acentuado de exaltación de toda forma de violencia, civil y militar, resulta muy cuesta arriba superar en un territorio dominado por el totalitarismo de militares y civiles, por hampones y pillos que se disfrazan de humanistas, de progresistas y a su vez, usan estrategias populistas para crear odio, resentimiento y hundir en la ignorancia a millones de seres humanos.

 

  En nombre del socialismo, del comunismo, del populismo, el ejército de ocupación cubano-castrista invadió un país, Venezuela, y sigue, disfrazado de ‘internacionalismo y hermandad’ diezmando a toda una sociedad, aniquilando su historia, sus valores, principios y toda forma de progreso. Es la neo esclavitud en pleno siglo XXI y ante la mirada, unas veces cómplice, otras veces ingenua, pero siempre hipócrita, de quienes se dicen defender la democracia y la libertad.

 

  Resistir, insistir y seguir defendiendo lo más sagrado que nos queda: nuestra historia, nuestra cultura, nuestro idioma, nuestras creencias y principios, apoyando todo movimientoque impulse la libertad, todo grupo cultural con iniciativas de producción y difusión del arte y la literatura. Ahí somos invencibles y eternos.

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1