miércoles, mayo 27, 2020

Pandemizar el mundo


Lecturas de papel

Pandemizar el mundo

Juan Guerrero (*)  

  El inicio del largo e interminable período de cuarentena en Venezuela marcó el nacimiento del Estado Socialista venezolano, nombrado acá Estado Comunal. Pocos se han dado cuenta de ello, unos por estar distraídos por   el corte abrupto de su señal televisiva por cable, la gran mayoría por sobrevivir buscando alimentos, medicinas y sus servicios básicos, como agua potable o gas doméstico.

  Esto que indicamos forma parte del Plan de la Patria que viene ejecutándose de manera planificada y constante. No se ha detenido desde los tiempo   cuando el desaparecido ex presidente Chávez lo inició, desde el momento que declaró a la anterior constitución como “moribunda”. Esto es lo singularmente importante, porque mientras se le criticaba constantemente por ser un improvisado en la política y desclasado, la inmensa mayoría de políticos venezolanos y muchos otros, desde otras partes del mundo, desconocían que este personaje pertenecía a una cofradía roja y daba inicio a un plan que tardó poco más de 40 años en hacerse del poder en un país que hacía ya varios años estaba resentido en su base de liderazgo socio-político, e incluso económico

  Desde hace tiempo existen estudios que dan fe de esto que indicamos. Nos interesa el ahora, este presente que devora a la sociedad y se traduce en decenas de muertos cada día. Porque no estoy indicando nada nuevo, sólo que ahora “los muertos se terminan de morir” lanzándose desde los balcones de sus apartamentos o desde la azotea de edificios públicos o en los viaductos. Es así de terrible el presente en Venezuela y de ello se nutre cada día la información de las noticias que dibujan el rostro del venezolano que vive la cotidianidad, mientras busca los alimentos básicos: harina de maíz precocida, sal, agua potablequizás una o dos cucharadas de azúcar, una donación de un vecino que divide su kilo de granos o queso y le ofrece un pedazo. 

  No nos caigamos a mentiras ni discusiones estériles que sólo sirven para drenar el espanto de vivir en este espacio geográfico llamado Venezuela. Ya el control social se está terminando de ejecutar: de poco más de 32 millones de venezolanos que era la población que existía para inicios del 2000, poco más de 5 millones y medio forman eso que se conoce como la “diáspora”, verdaderas almas desamparadas que deambulan por otras tierras. De esos 32 millones quedan dentro de este espacio cerca de 27, de los cuales 9,6 millones han sido declarados por las agencias de socorro y especialistas, como de riesgo inminente a pasar hambre atroz. Están física y emocionalmente anulados.

  Habría entonces que restar a los 27 millones de activos venezolanos esa dolorosa cifra, quedando poco más de 17 millones de nacionales en capacidad para afrontar con ánimo y decisión el poderío bélico que representa un espacio invadido por fuerzas militares de otros países, paramilitares y de organizaciones terroristas y del narcotráfico. De esos 17 millones de pobladores, cerca de 6 resultan como habitantes incómodos para ser controlados por este régimen totalitario de izquierda radical.
  Decimos estos porque en centros de control social de amplia experiencia, como el castrismo en Cuba, una isla centro penitenciario modelo para una sociedad de servidumbre, es manejable la cifra que desde hace años tienen, entre 10-11 millones de personas. Creo que en los próximos meses veremos en nuestras vidas la acentuación de los controles sociales (regularización), como el libre tránsito (exigencia del salvoconducto), o para la compra de artículos de primera necesidad o el acceso libre al agua potable, el surtido de combustible, como gasolina o gasoil. Incluso los servicios de telefonía, televisión satelital/cable, e Internet, no serán eliminados pero su servicio será restringido y autorizado a determinadas personas.

  Estamos por estas semanas y meses asistiendo a los últimos vestigios de eso que se llamó sociedad democrática. Lospartidos políticos realmente opositores van a ser eliminadoso sustituidos por otros que aparezcan como de corte neutral o de conveniencia para el Estado Comunal. Como pretexto de una ridícula invasión que se planificó en Miami se está acelerando, previo una “reflexión de sentencia jurídica”, la declaración para criminalizar, no uno, sino todos y cada uno de los partidos y agrupaciones partidistas que se opongan a este Estado. 

  Mientras esto ocurre los partidos políticos de oposición viven un proceso de “entretenimiento” en su lucha interna “generacional” que les impide nuclearse y presentar un frente único contra la hegemonía oficialista y lo que es más grave, la lucha para expulsar a las fuerzas militares y paramilitares de ocupación. Muchos políticos de oposición, hoy, se dedican a ofrecer un resumen noticioso de banalidades de lo que ya todos sabemos.

  Uno de los escollos más graves que existe en el liderazgo opositor es revelar las verdades de la tragedia a la población venezolana. Hablarle con la verdad por muy dolorosa que sea resulta en estos momentos como palabra sanadora y solidaria, aunque parezca descabellado. Ya no es posible seguir ocultando que tenemos una fuerza militar conjunta de ocupación que tiene, junto con el generalato militar nacional, policial y de fuerzas insurgentes paramilitares y del crimen organizado y terrorismo internacional, organizado y sectorizado en absolutamente toda la geografía nacional, para el control total y absoluto de la población. Solicitar de manera clara, formal y urgente, la ayuda militar internacional para expulsar las fuerzas de ocupación, y enfrentar la tragedia de la hambruna y el riesgo sanitario inminente de la pandemia del coronavirus.

  El tiempo presente es resistir desde el resguardo en el propio hogar, centro de trabajo y de trasmisión, persona a persona, de información de lo que ocurre a diario. No exponerse innecesariamente ni estar inventando protestas sin un objetivo claro.

  La clase media que podía orientar al resto de la población en su lucha por una vida mejor y en libertad, hace tiempo fue desarticulada y en la actualidad sólo actúa desde su refugio en las redes sociales y por la poca actividad de los partidos políticos que se oponen realmente al régimen. Su presencia en el resto de sus espacios tradicionales de expresión, no existe o es nulo: asociaciones, universidades, gremios, federaciones, colegios profesionales.

  Esta es la realidad de un Estado socialista que se instauró en Venezuela y que seguirá expandiéndose como una pandemia por el resto de Latinoamérica y Europa. Pandemizar el mundo a través del control social, generando miedo, temor y terror por el riesgo de padecer por contaminación se extiende a otros contextos y realidades:por escasez de alimentos, medicinas, agua, gas, gasolina, electricidad, seguridad. Es la excusa perfecta para dar inicio a semejante enfermedad: el social-comunismo de nuevo cuño, el Estado Comunal.

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1


miércoles, mayo 20, 2020

El país que fue


Lecturas de papel

El país que fue

Juan Guerrero (*) 

  Venezuela ya no es la república democrática de hace 20 años atrás. Evidentemente la realidad pulveriza toda contra argumentación que pudiera demostrar lo contrario. La población venezolana, hoy, pasó de vivir en pobreza a sobrevivir en la miseria. Ser miserable es muy diferente a ser pobre, porque mientras en la pobreza aún te desenvuelves sobre la base de valores y principios soportados por la tradición de la cultura nacional, vivir en la miseria y miserablemente es caer aún más bajo, en la propia marginalidad.

  Esa es la realidad, la dura y cruel realidad de un destino que pudiera ser explicado, tanto por el devenir histórico de una nación, que no fue culminada en su estructuración como república federal, descentralizada y con poderes autónomos, así como en la plena autonomía de sus diferentes estados en su desempeño político-administrativo.

  La consecuencia de ello han sido las constituciones que se desprenden de su inicial documento-madre, concebido en el siglo XIX. Han sido pedazos de constituciones que interpretan el documento central e introducen, a lo largo de dos siglos, retazos de leyes para modernizar y adecuar la nación a los nuevos tiempos. Ello, y los procesos de modelos educativos implantados, casi que en cada nuevo gobierno, contribuyeron a crear un alejamiento de la población con las bases fundacionales de la nacionalidad.

  Los últimos 50 años en la vida nacional fueron de “ensayo y error” para presentar un supuesto modelo de la sociedad venezolana y del país que cumpliera los estándares mundiales de un país de economía competitiva. Si bien los procesos de modernización habían podido atender el antiguo problema político-administrativo de la descentralización del país, con la creación de una comisión para la reforma del Estado, la nueva administración que llegó al poder en 1999, progresivamente dio al traste con ello y de manera abrupta, devolvió al país a la férrea cultura del modelo centralizado y unipersonal de la vida nacional.

  Parte de la tragedia nacional radica en esa concepción. Lo otro que impide todo cambio real en los procesos de adecuación del país y su sociedad a la modernización se encuentra en las inmensas funciones que cumple la figura del presidente de la república, que termina siendo el “culto al personalismo”. Es, por constitución, jefe de Estado y de gobierno, jefe de la hacienda pública, comandante en jefe dela fuerza armada, dirige las relaciones exteriores, entre más de 20 atribuciones. Esas prerrogativas vienen del antiguo Capitán general, que, como representante del rey –y éste descendiente del mismísimo dios en la tierra- tenía derecho hasta para quitarle la cabeza a quien quisiera.

  Pues en pleno siglo XXI seguimos –aunque se diga que es una de las constituciones más modernas del mundo- con uncuerpo de principios y leyes que es necesario sincerar para establecer un acuerdo jurídico que oriente al país en la construcción de su república federal y descentralizada como se establece en los principios que fijan el nacimiento como nación libre y democrática.

  Adecentar la república será una tarea francamente titánica. Esto porque de lo que se trata ahora es lograr que las fuerzas invasoras que se encuentran en territorio venezolano, tanto las fuerzas militares y paramilitares de ocupación, cubanas, rusas, iraníes (régimen y terrorismo teocrático), turcas, chinas, y de las bandas y megabandas del crimen organizado y narcotráfico puedan ser desalojadas. Para ello es vital la presencia en territorio nacional, de fuerzas militares de los aliados que asesoren y protejan a la población civil. 

  No es posible en esta etapa de sobrevivencia y desesperación de la población venezolana que sea ella, sola y sin respaldo armado ni logístico externo, que pueda enfrentar semejante poderío bélico de quienes conforman la llamada “coalición del mal” (Cuba, Irán, Siria, Turquía, China y Rusia) junto con los paramilitares de las FARC-ELN, y colectivos.

  Estos, ciertamente, son tiempos duros, catastróficos para la sociedad venezolana en general. Porque todo, absolutamente todo habrá que hacerlo de nuevo. Ya no es tiempo de “reestructurar” la economía o de “volver” a la democracia. Ahora se trata de construir La Democracia y Estructurar una nueva economía. Establecer las bases de una educación para fortalecer los principios del respeto a la individualidad, la propiedad privada y el derecho irrestricto a la opinión divergente.

  El hoy es de emergencia nacional, de solicitud de ayuda a la comunidad internacional para salvar del hambre atroz a 9,6 millones de seres humanos. De la denuncia del inminente riesgo para los países latinoamericanos y europeos que suponen los regímenes terroristas, como Irán, Siria y Venezuela. Es, en definitiva, la defensa de los valores y principios de la libertad y la democracia.

(*)   camilodeasis@hotmail.com   Tw @camilodeasis   IG @camilodeasis1 

lunes, mayo 18, 2020

Alguien enciende una luz

El lugar del cielo donde comienza el otoño

Juan Guerrero

A propósito del más reciente libroAlguien enciende una luz, del poeta venezolano, Néstor Rojas.

  Siempre es grato y llena de regocijo leer un buen libro, como este de Néstor Rojas (Venezuela, 1961), Alguien enciende una luz, editado en España en el presente año. En este libro de Rojas hay un ritmo poético como ondulación marina. Un delicado oleaje que acaricia y agita el poema, se siente una brisa que acaso despoja la memoria, la hace sal y revelación.

  Es un libro de alta riqueza idiomática. Bien estructurado en sus 55 textos y con mejor temática. Los títulos se incorporan al cuerpo de sus poemas. De tonos bajos en su prosa poética, mientras se construye y reconstruye infinitamente. Todo lo que el poeta señala el tiempo, como gran demiurgo, lo deshace, irremediablemente es devastado, convertido en olvido, una huella blanca en la nieve, intrascendente. 

  El cielo para Néstor Rojas es un lugar, el sitio exacto del reposo donde el padre resplandece como un talismán. Su libro puede resumirse en estas y otras imágenes: “Nadie escapa a la soga del tiempo”, “Como sombra acorralada por el sol”, “Cerca de las aguas del alma”, “Yo soy tu forma muriendo”, “La noche es una sustancia viva”, “La ciudad duerme sobre el blanco”, “Somos criaturas literarias en las aguas del sueño”

  Este libro es alma, historia, tiempo/muerte, sombra/luz. Es también un padre que asciende y es cielo, sombra y luz en la historia que infinitamente fluye. El tiempo en este libro se trasmuta en luz, reflejo de oscuridad y penumbra. 

  Rojas describe y nombra su propio cielo/paraíso, desdoblándose en los huesos de un padre que es luz, calidez que transita la memoria y el recuerdo, donde la oscuridad se “escucha” y es sonido de lluvia. 

  El libro mantiene una estructura (textos con largos paréntesis) donde el poeta introduce otra historia/memoria, y en momentos, aparecen como honduras, otras distantes historias que se entrelazan y mencionan siempre al padre que se hace carne y sangre, y es siempre cielo y eternidad.

  Es una poesía de tono confesional que reflexiona sobre la muerte, el tiempo, la memoria de eso oculto y sólo la lucidez acerca el resplandor/esplendor de un padre que brota, se continúa en el hijo que lo construye infinitamente (“el otro nombre con el que me llamo”) en su cotidiano existir.

  Existen ciertas claves discursivas, como por ejemplo “Volviste al comienzo del libro”, que indican cierta circularidad en su lectura. Es recurrente en la construcción de imágenes que llevan a la luz, a todo aquello que resplandece y refleja hasta lo infinito. Es un libro “solar” que brilla en cada imagen, una prosa poética que deslumbra. Es también el otro espacio, nieve/frío donde el poeta vive su añoranza. Son los huesos del padre que se diluyen en la nieve mientras la mirada, desde una ventana, presencia esa íntima huella que queda adherida a lo atemporal, donde sólo la memoria rescata ese instante de lucidez donde “La vida de un hombre tiene el mismo fin que el vuelo de un pájaro”.

La Piedad, mayo de 2020. 

miércoles, mayo 13, 2020

De Bolívar a Wilexis


Lecturas de papel

De Bolívar a Wilexis

Juan Guerrero (*) 

Cuando huían de isla en isla por la persecución de las fuerzas navales españolas, Brión, Bolívar y su amante Pepita Machado, fueron a refugiarse a un casi desolado islote en el Caribe, allí tuvieron que asaltar una pequeña hacienda, hacer prisionero a su dueño y robarle sus gallinas. Es también esta, parte de la vida de nuestros héroes. Luis Brión, por ejemplo, también fue un corsario de siete mares, aventurero, comerciante y prócer. Ocurre también con Ezequiel Zamora, dudoso comerciante y hasta forajido cuatrero. Ni hablar del coronel Jacinto Lara, quien con su propio sable degolló en las orillas del Caroní a 29 indefensos sacerdotes, antes les mando desnudar, los arrodilló, degolló uno a uno, los mandó incinerar y los lanzó al río. 

En su obra, La provincia de Guayana en la Independencia de Venezuela, Tomás Surroca y de Montó narra el enfrentamiento, entre manotazos y empujones, que protagonizaron Bolívar y Piar por el alijo de joyas y demás objetos de oro y plata que habían “expropiado” a las familias pudientes de Angostura. -Ambos querían quedarse con el botín, dice Surroca.

Esto de la pulcritud, de la moralidad químicamente pura en los prohombres es una fantasía que construye la imaginería de beatos trasnochados. No resta en nada, sin embargo, el aporte que dieron en su momento a la causa de la libertad nacional.

  El glorioso ejército libertador venezolano estuvo formado por brillantes oficiales de principios y valores con alta moral, pero también hubo sus dudosos integrantes. Las montoneras de Boves arrasaron y diezmaron medio país. Una vez muerto el taita, los bandoleros del jefe quedaron desamparados hasta que surgió otro taita que los fue recuperando y formando como miembros de un ejército regular. Antes, por pueblo que pasaban pueblo que arrasaban, violando mujeres, empalando hombres y descuartizando niños.

  Los procesos de liberación de las sociedades en muchos momentos han estado protagonizados por hombres que inicialmente no fueron tan santos ni éticos, mucho menos moralistas. La historia del bandolerismo está plagada de nombres que, como el emblemático Robin Hood de los bosques, se convierten en salvadores sociales y la historia popular les ampara porque ellos les protegen.

Si se revisa este tema se verá que los bandoleros, llamados también bandidos, brigantes, forajidos, salteadores, gauchos, cangaceiros, guerrilleros, chusmeros y en la Venezuela del siglo XXI, pran (Preso Reincidente Asesino Nato) es heredero de esa tradición milenaria de quien actúa al margen de las leyes legítimamente constituidas por el Estado y se aparta para establecer su propio sistema de relaciones, quitándole a unos (generalmente bienes materiales) para provecho propio y colectivo.

Posiblemente el primer bandolero de la historia de Venezuela fue el zambo Juan Andrés López del Rosario, conocido en la historia por el remoquete de cimarrón Andresote, quien en el siglo XVIII (1730) contrabandeaba con los holandeses burlando las leyes del imperio español, conjuntamente con otros comerciantes blancos criollos.

  El bandolerismo, como lo han explicado los especialistas, se encuentra en el “límite entre la delincuencia y la rebelión social” porque al desafiar la autoridad del Estado necesariamente se apartan de lo socialmente aceptado y se refugian en zonas (originalmente en las montañas, desiertos y lugares apartados) donde encuentran apoyo de las poblaciones menos favorecidas socialmente, generalmente empobrecidas y desvalidas.

  Al dar una somera explicación sobre el origen y presencia histórica del bandolerismo no estoy, en modo alguno, avalando ni defendiendo estas prácticas, en todo caso, indicando que no es un fenómeno único en Venezuela. Desde los griegos, el medioriente, Roma, la Hispania antigua y el resto de Europa y hasta los ninjas del Japón, hay toda una tradición de esta realidad que no puede obviarse, ni mucho menos entender como resultado de la descomposición social de una nación. Es algo mucho más complejo.

Es tan ancestral este fenómeno del bandolerismo que ha sido reflejado en la cultura de casi todas las sociedades. Poesía, música, canciones, (la picaresca hispánica se nutre de estas historias), representaciones teatrales y hasta advocaciones para identificar a sus líderes, más allá de su heroísmo, en su santificación. Esto se observa en la veneración que a muchos de ellos se les tiene, en Argentina, Colombia, México y en nuestro mismo país (ver mi artículo En capilla ardientehttps://www.reportero24.com/2012/12/06/juan-guerrero-en-capilla-ardiente/ ).

Es tan complejo este fenómeno del bandolerismo que, por la utilización de códigos en el uso idiomático y demás expresiones, han terminado convirtiéndose en neologismos y con ello, enriqueciendo las lenguas nacionales. Por sólo mencionar un caso, todo el vocabulario construido por la experiencia del narcotráfico. Toda la experiencia que en materia militar han aportado las prácticas guerrilleras y la vida del guerrillero. En fin, que si bien este tema es sumamente delicado para su comprensión es necesario tener amplitud de mente para entender que en los procesos sociales de extrema sobrevivencia, la presencia del bandolerismo generalmente, por la experiencia, sagacidad y capacidad de resistencia para sobrevivir de sus integrantes, han terminado por imponerse frente a la extrema barbarie de grupos y sistemas terroríficos. Caso los grupos de la cosa nostrala camorramafia italiana, norteamericana, francesa que colaboraron con los aliados para la liberación de gran parte de Europa en la II Guerra Mundial.

 La historia reciente de Wilexis Alexander Acevedo Monasterios, conocido como el Wilexisnombrado por el régimen socialista “juez de paz” para los barrios de Petare ya había sido alertada, en sus artículos, por el investigador social y pedagogo, Alejandro Moreno Olmedo, sacerdote quien vivió poco más de 30 años en los barrios de Petare. Sus estudios sobre la violencia y el desmembramiento familiar (familia matricéntrica) son un alerta para el Estado y su liderazgo político que nunca le tomaron en cuenta. Ahora vivimos las consecuencias de este fenómeno que fue estudiado y advertido por Olmedo en sus numerosos trabajos y artículos.

  La evidencia histórica nos indica que estos personajes (como el Wilexisy sus grupos y bandas, surgen en épocas extremas de padecimientos sociales, políticos, económicos, por guerras, catástrofes naturales, revoluciones o pandemias. 
  No sabemos si mañana, por aquello de la “consciencia en sí, para sí y para con el otro”, encontremos en esos venezolanos “de orilla” a nuestros primeros aliados.

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   @camilodeasis1

miércoles, mayo 06, 2020

El riesgo inminente

Lecturas de papel

El riesgo inminente

Juan Guerrero (*) 

  Lo diré de entrada. En Venezuela el verdadero y real riesgo es que termine, por decisión de las tres grandes potencias mundiales, Rusia, EEUU y China, dividida en varias zonas de protección, con la aprobación de los países que conforman el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.Ya ha habido experiencias dolorosas sobre esto. Korea y Alemania son ejemplos tristes de estas decisiones de soluciones parciales de conflictos con heridas casi eternas. 

  Veamos. A la fecha, Venezuela se encuentra entre las cinco (está de número cuatro) naciones en el mundo, con mayor riesgo alimentario en su población. Cerca de nueve millones y medio de personas sufren de hambre, malnutrición, desnutrición o desnutrición severa. Lo indica un informe del Programa Alimentario Mundial, agencia adscrita a las Naciones Unidas.

  Poco más de cinco millones y medio de venezolanos han debido huir del país, por razones socioeconómicas, básicamente, y otro más por persecución política. Es la primera vez en la historia latinoamericana que se experimenta este fenómeno de emigración, éxodo o exiliomasivo en la población de un solo país

  La industria energética, agropecuaria, las organizaciones financieras, la industria automotriz y de autopartes, los medios de comunicación, entre otras organizaciones y entes del desarrollo económico, han sido destruidos o funcionan con muy poca capacidad de producción y en constante riesgo de paralización. 

  Es la primera vez en la historia de la humanidad que un país, su Estado e instituciones, son copados, asaltados por los grupos de la delincuencia organizada, organizaciones criminales del narcotráfico y el terrorismo internacional. Como resultado, otro Estado democrático y países aliados, han ejecutado decisiones legales para capturar al presidente, declarado ilegítimo, de Venezuela y demás colaboradores inmediatos, indicando precio por su captura, por ser jefes de bandas de narcotraficantes y del terrorismo internacional.

 Entre 2014 y 2019, denominado como el quinquenio de las guarimbas, las masivas manifestaciones, protestas, plantones, refriegas (indicado por las organizaciones de derechos humanos) calculan un promedio de 100 mil personas víctimas de la violencia del Estado, entre asesinados, desaparecidos, torturados, secuestrados o reprimidos, bien por acción directa de las fuerzas militares-policiales, o paramilitares. Por otra parte, indirectamente, por omisión o desidia del régimen totalitario, más de 500 mil venezolanos han muerto, al no dotar a los centros de atención médica y proteger a la población, sometiéndola a una planificada escalada de restricciones alimentarias y de servicios públicos: agua potable, electricidad, gas doméstico, gasolina y otros combustibles.

  Oficialmente el venezolano devenga un sueldo mínimo, mensual, de 2,2$ siendo que el sueldo base mundial es de 2,3$ al día. Semejante distorsión de la realidad ha aumentado la brecha de una población, que sobrepasa ya el 88$ que vive por debajo de la pobreza.

  La población venezolana, a la fecha, se encuentra en más del 75% conformada por personas mayores de 50 años. Por lo tanto, una población malnutrida, envejecida, donde el Estado de Derecho en la práctica no existe, sometida diariamente a la planificada incertidumbre alimentaria y médico-sanitaria, golpeada psicológica y sistemáticamente por la propaganda del régimen totalitario en la violencia, represión, odio y brutalidad aprendidas. Que está total y absolutamente desarmada y sin orientación ni organización política para su defensa colectiva. Está en estos momentos en una fase de sobrevivencia, de resistencia pasiva frente al inmenso y colosal aparato represivo de un régimen totalitario y criminal. 
  Creo, dolorosamente, que los eventos de protestas que puedan darse en estas condiciones, son de naturaleza anárquica, por desesperación de una población que progresivamente ha sido sometida a su aniquilación.

  Como ya ha sido una y otra vez denunciado, la invasión de fuerzas militares extranjeras en territorio venezolano ha sido una larga planificación, tanto del crimen organizado, las bandas del narcotráfico y las organizaciones del terrorismo internacional, básicamente del medioriente, que se han infiltrado en todas las instituciones del Estado, incluyendo en la seguridad, militares y entes policiales.

  En las actuales circunstancias no es posible continuar arengando a la población malnutrida venezolana con más sacrificio. Ya ha sido suficiente en más de 20 años de sometimiento planificado para controlarla, saquearla y destruirle hasta su memoria histórica y cultural.

  Internamente los únicos capacitados para enfrentar a estas bandas y megabandas posicionadas en el Estado, son las fuerzas armadas nacionales quienes poseen la formación y las armas de guerra para lograr un cambio real. Ellos y el liderazgo político opositor deberían estar al frente para formular las estrategias, los acuerdos, a corto, mediano y largo plazo. Tanto unos como otros, tienen, necesariamente que contar con la ayuda externa militar que garantice la unidad de la nación como un todo. De otro modo, alargar la agonía de la población venezolana, que muere diariamente, es apostar por el riesgo inminente de la anarquía generalizada y la real posibilidad de las decisiones que se darían en acuerdos de potencias mundiales, bajo el pretexto de la paz internacional, que sometería al territorio a una, dos o más divisiones y el tutelaje de fuerzas extranjeras.

  En la agudizada y prolongada agonía nacional de sobrevivencia, los únicos que pueden detener la avalancha de la anarquía generalizada y la muy posible división de la nación, son los militares probos y apegados a la constitución y las leyes, junto con el liderazgo político honesto de la oposición, por muchos desaciertos que unos y otros hayan cometido. En esta hora de extremo riesgo nacional, preservar la unidad nacional todavía es posible.

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1