sábado, febrero 15, 2020

Pornografía, aberración y revolución

El totalitarismo de la revolución chavizta-socialista venezolana es básicamente pornográfico, escatológico y aberrante. La pornografía y lo pornográfico no están necesariamente referidos a las confesas, directas y evidentes relaciones sexuales de penetración coitales, vaginal o anal.
 
Lo pornográfico tiene referentes vinculados también al lenguaje, formas y maneras de manifestarse los seres humanos y la aberración de sus infinitas manifestaciones. Obviamente que habrá de separar lo sensual y erótico de esta abominación totalitaria y sus hacedores.
 
No existe amorosidad, sensualidad alguna ni menos manifestaciones eróticas en sus dirigentes. Pero sí debemos observar una tendencia creciente en las aberraciones derivadas de una práctica pornográfica en el tratamiento de las torturas que poco a poco se comienzan a conocer del régimen totalitario venezolano.
 
He leído recientemente una nota donde se denunciaba a los servicios de inteligencia involucrados con la tortura contra disidentes políticos. Tanto mujeres como hombres son sometidos a tratos crueles e inhumanos donde las prácticas de abusos sexuales, introducción de objetos en partes íntimas, así como dejarlos desnudos por tiempo indefinido entre otras aberraciones, son parte de la dinámica pornográfica del régimen izquierdista venezolano.
 
Lo insólito, cruel, aberrante y pornográfico es utilizar animales como prisioneros políticos y como forma de intimidación para obligar a disidentes que se han fugado o se encuentran refugiados en otros países, como objetos de coacción para obligarlos a entregarse o revelar información.
 
Al menos 7 perros han estado presos en instalaciones oficiales. El caso de uno de ellos, Bambán, quien fue filmado mientras era torturado, golpeado y posteriormente descuartizado (le cortaron las orejas) y lo degollaron. El video fue mostrado a su amo quien era a su vez, sometido a tortura. Otros perros, Thor, Arpa, Oso, Jasper, Astro, Nina, han sido o siguen detenidos y sometidos a largos períodos de restricción de alimentos y agua.
 
Creo que entre los responsables y ejecutores de estás crueles aberraciones existe una íntima satisfacción, un disfrute por el sufrimiento y dolor físico que deriva en deseo y lleva a extremos de erección sexual de eso llamado pornográfico.
 
La erección y deseo sexuales entre los revolucionarios izquierdistas no tiene para nada motivaciones placenteras ni tampoco está vinculado con la estética que armoniza, equilibra y genera en el reposo, la quietud y el silencio, trascendencia y plenitud.
 
Por el contrario, la vida sexual en todo régimen totalitario está vinculado a la perversión de los sentidos, a eso que es aberrante, escandaloso, ruidoso y estéticamente desarmonioso. Razón tiene el profesor George Steiner cuando indica, en uno de sus memorables ensayos, Palabras de la noche, “sólo el bohemio puede ser libre, no el proletario”. Porque los sistemas totalitarios siempre buscan deshumanizar al hombre, fracturar su condición humana, acabar con la intimidad, hasta convertir al individuo en una humillante aberración mientras le sustraen todo vestigio de libertad.
 
Si se observa se podrá ver en los rostros, lenguaje kinésico y verbal de los jerarcas del régimen socialista venezolano, la ausencia total de erotismo (-vida). Es una tendencia siempre presente por cuanto la vida sexual de estos sujetos bípedos está marcada por relaciones conflictivas, alteradas, plagadas de insatisfacciones. Son, generalmente, unos resentidos sexuales. Por ello no tienen plenitud amorosa ni sentimientos de solidaridad para con el Otro semejante ni menos, diferente.
 
Todo activista del socialismo es un sujeto que se desplaza en las sombras de la vida para establecer, siempre, actos que subviertan lo socialmente aceptado. Es un agente de la desestabilización social, incapaz de sentir plenitud sensual y erótica con el semejante. Su única vinculación afectiva siempre será esa construcción abstracta llamada revolución. Sólo es capaz de alcanzar erección mientras se sienta protagonista en la ilusión de una libertad que jamás podrá materializar.
 
Por ello sus relaciones íntimas no son plenas ni sanas, forman parte de una mente alterada, de un homo faber que lo lleva a lo pornográfico donde cree haber llegado al clímax de una ficticia libertad que siempre tendrá que alimentar desde los desequilibrios más abyectos, aberrantes, crueles e inhumanos.

Manifiestos, aunque mal paguen



E

He leído por las redes sociales que en Venezuela fue el pueblo quien llevó al poder a Chávez y al chavizmo. Esta es una verdad a medias. Ciertamente los votos sentenciaron una victoria aplastante. Sin embargo, hay que retroceder algunos años para entender este fenómeno socio-político venezolano.
 
Fue en 1989 cuando apareció un Manifiesto de bienvenida al comandante Fidel Castro firmado por 911 intelectuales y artistas venezolanos, (ver http://www.venezuelavetada.com/2011/04/manifiesto-de-bienvenida-fidel-castro.html?m=1). Dicho documento histórico está ordenado alfabéticamente y cada persona tiene un número.
 
Traemos esto a colación porque por estos días se ha reavivado por las redes sociales la discusión sobre quienes firmaron y su responsabilidad moral frente a la sociedad por haber servido como plataforma, para impulsar el socialismo y la intromisión cubana en la vida venezolana.
 
No señalaré nombres de quienes firmaron este manifiesto. Me interesa, sí, dejar claro que ha sido la clase dirigente venezolana y concretamente, su élite intelectual y académica, quienes orientaron hacia un cambio drástico en este país.
 
La población común (-menos los estratos D-E) no participó en la toma de decisiones ni tampoco en la solución de sus problemas fundamentales. Fue la clase pensante de entonces la que avivó, con su influencia en los medios de comunicación, la idea de una despolitización de la sociedad para allanar el camino de un nuevo liderazgo.
 
Por ello Chávez y el chavizmo son el resultado de un agotamiento de la política tradicional y el deseo oculto de unos cuantos empresarios, industriales y militares quienes ansiaban desde hacía años, acceder al poder y desplazar a la clase social, política, económica y militar imperantes.
 
El chavizmo de hoy es un verdadero “saco de gatos” donde todos los extremos políticos están cohabitando alrededor del “hecho económico” que los mantiene unidos. Unos por relaciones económico-financieras, otros sencillamente porque han sido sobornados y no pueden separarse, y otros porque han entrelazado sus afectos familiares y la consanguinidad los une. Todos porque han encontrado en el llamado chavizmo-socialismo la gran pantalla y referencia justificada ante la historia, para inventar una revolución que ellos mismos desprecian.
 
Leer en ese manifiesto algunos nombres, como también en otro más reciente, aparecido el pasado año, es doloroso, triste y hasta pavoso. Creo que ha sido una estrategia muy bien ejecutada esa de usar a la Intelligentsia de una sociedad para apadrinar a ciertos personajes. Esa es una influencia sobre una población medianamente formada y con nula experiencia en el debate teórico de la política.
 
Es difícil retrotraernos 30-40 años para entender ahora las consecuencias que trajo a la sociedad un “inocente” respaldo al líder cubano. Algunos firmantes me han indicado que lo hicieron por razones netamente emotivas. Otros por rechazo a los gobiernos de entonces, y muchos otros, porque sus amigos simplemente les “invitaron” a firmar.
 
La inocencia en política, ciertamente, se paga muy caro. Hoy, a más de 30 años de aquella experiencia la inmensa mayoría se han alejado de esas juveniles y fanfarronas posturas. Reconocen el atrevimiento y han asumido su cuota parte de responsabilidad.
 
Hoy hemos aprendido que la Cuba castrista sabe muy bien cómo infiltrar sus agentes en otras sociedades y usar a sus intelectuales y académicos para “implosionarlas” y sacarles provecho. Eso ocurrió y sigue sucediendo en Venezuela.
 
Es tan común esta práctica que se ha impuesto como política en el posterior posicionamiento y dominio, tanto del Estado cubano-castrista como de las fuerzas terroristas y del crimen organizado.
 
Ejemplo de ello es la práctica que usa la guerrilla del ELN y el Hezbolá en las poblaciones al sur del estado Bolívar. Progresivamente fueron identificando los liderazgos locales. Los infiltraron, luego entablaron lazos de afinidad. Tiempo después negociaron sobre el poder de las armas y número de militantes. Los opositores, líderes sindicales fueron apartados y terminaron, muchos de ellos, colgados en árboles y postes. Ahora ellos dominan las poblaciones, tanto, que hasta están tomando decisiones en disputas vecinales y domésticas. Si hay, por ejemplo, una joven que sale embarazada y el hombre no quiere reconocer al niño la familia se acerca a “la base” y denuncia el caso. Si un joven no quiere ir más al liceo, sus padres acuden a la base para pedir ayuda. Es cosa común la existencia de estos poderes paralelos en caseríos, aldeas y pueblos como en Tumeremo y El Dorado.
 
Afirmar que los firmantes de este u otros manifiestos de apoyo a Fidel o a la misma gestión de Maduro, sean responsables de las atrocidades que se viven a diario en la Venezuela chavizta-socialista, sería injusto. Pero ciertamente un intelectual, como ciudadano aventajado en su formación y vínculos, tiene una alta responsabilidad como agente de cambios culturales y sociales por su poder de influencia.
 
La buena fe e inocencia de muchos intelectuales y artistas al firmar documentos en apoyo a determinado líder, se puede traducir en respaldo para intervenciones, violaciones de derechos humanos y justificar el ajusticiamiento de inocentes.
 

lunes, febrero 03, 2020

Resistencia activa



   El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social indicó en su último informe que en Venezuela se registraron 16.739 protestas, en 2019.
Esta cifra supera las registradas en los grandes conflictos que se registraron en 2014, 2017 y 2018. En nueve años las protestas en Venezuela suman poco más de 76 mil, entre manifestaciones, plantones, concentraciones, marchas, guarimbas, paros, cierre de calles y pancartazos.
El aumento de las protestas en Venezuela, al contrario de quienes lo afirman, se hace más evidente en la medida que las restricciones contra los derechos humanos básicos se agravan. Lo anterior demuestra con cifras en mano, estudios de campo y soporte audiovisual, que los ciudadanos venezolanos continúan activos defendiendo sus derechos, como la alimentación, servicios socio sanitarios, médicos, educativos, políticos, laborales, entre otros.
La población venezolana, en su generalidad, continúa su larga lucha reclamando al Estado sus justos y legítimos derechos. No es una súplica ni tampoco un pedimento para complacer a ningún sector de la sociedad en particular. Lo que está ocurriendo en Venezuela es un enfrentamiento bélico, de organizaciones criminales protegidas por el Estado contra los ciudadanos venezolanos.
Cada vez es más evidente la existencia de un plan diseñado por quienes ostentan el poder en Venezuela, para disminuir la población. Las cifras que ya superan los 5 millones de venezolanos obligados a emigrar y refugiarse en otros países, lo están indicando. Además, se suma a ello el horror de más de 750 mil muertos, en los últimos 10 años, la inmensa mayoría de esas muertes prevenibles.
La dramática y dantesca cifra que ya sobrepasa el 86% de subalimentación/desnutrición infantil, juvenil y de ancianos suma cada día sus fatales víctimas. Una evidente y notoria realidad que va día a día dejando su estela de desahuciados, minusválidos y muertos a lo largo de todo el territorio venezolano. Una población de subnormales quienes dolorosamente tendrán que ser asistidos en su momento, por el Estado y sus instituciones.
Mientras tanto la larga mano de la solidaridad abraza y socorre a millones de venezolanos en esta incesante masacre adelantada por quienes administran en la precariedad institucional que aún queda, la tortura y humillación contra los más débiles.
En Venezuela se está ejecutando una aniquilación contra la población civil. Es momento de decirlo claramente y acentuar la denuncia. Porque no se trata de dos bloques, oficialismo versus oposición, ni tampoco izquierda versus derecha, ni socialismo versus democracia. Son grupos del crimen organizado internacional, organizaciones terroristas y bandas del narcotráfico, aliadas a organizaciones políticas de extrema izquierda, unidas con un objetivo común: disminuir la población para controlarla y generar la moderna servidumbre social, apoderándose definitivamente del espacio geográfico nacional. Sea por alianzas internas –que ya existen, sea como es notorio, otorgando “concesiones” a empresas (países) para que controlen extensas zonas del territorio. Esto último ya se está ejecutando.
La población venezolana sigue resistiendo. Es la lucha de una mayoría evidente que se enfrenta al Estado totalitario del carnicero de Miraflores y sus pandilleros.
Esto que ocurre en Venezuela frente a las propias narices del resto del mundo, no es una lucha nacional circunscrita al espacio de un país. Es la evidente amenaza que significa la expansión del totalitarismo chavizta, aliado al terrorismo islámico, la guerrilla y el narcotráfico, para subvertir el orden institucional de los países vecinos y el resto de Occidente.
Lo que ocurre en Venezuela es parte de un siniestro plan que también se ejecuta en Nicaragua, se está iniciando en Chile, y se ha materializado en su fase de desplazamiento del poder político democrático en México, Argentina y España. Desde Cuba se planifica y orienta este entramado de la subversión internacional.
No es posible que los venezolanos podamos salir solos de este inmenso cerco al que estamos sometidos por el terrorismo internacional en alianza con fuerzas militares-policiales y paramilitares de la nación. El auxilio político, diplomático y militar de los países democráticos es fundamental para salvar a la población venezolana del esclavismo del terrorismo internacional y sus agentes internos.