domingo, septiembre 25, 2022

Los Derechos Humanos en Venezuela

 



Lecturas de papel

 

Los derechos humanos en Venezuela

 

Juan Guerrero (*) 

 

La Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre los Derechos Humanos en Venezuela, en su sede de Ginebraha emitido su tercer informe señalando directamente a los responsables de las detenciones arbitrarias, tratos crueles y humillantes, torturas y desapariciones forzosas (delitos de Lesa Humanidad), en la cadena de mando, comenzando por el propio Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, Padrino López, y continuando con personajes, como Diosdado Cabello y la red de subalternos hasta llegar a quienes directamente se ocupan de perseguir, hostigar, torturar y asesinar a los opositores venezolanos. Todos ellos actúan como una ‘maquinaria’ para aniquilar toda disidencia en Venezuela.

 

La oficina de la Misión ha emitido su informe (ver en https://www.ohchr.org/es/press-releases/2022/09/venezuela-new-un-report-details-responsibilities-crimes-against-humanity ) centrado en señalar que en Venezuela existe una ‘cadena de mando’ que ha orquestado un plan para hostigar y silenciar la disidencia. Además, señala los gravísimos actos de asesinatos contra miembros de las comunidades indígenas, al sur del país (Arco Minero), en el estado Bolívar, por la extracción y comercialización del oro y otros minerales preciosos y estratégicos. En su lectura, la presidente de la Comisión, Marta Valiñas, indica: “El Estado venezolano utiliza los servicios de inteligencia y sus agentes para reprimir la disidencia en el país. Esto conduce a la comisión de graves delitos y violaciones de los DDHH.”

 

Si es doloroso leer este documento más terrible es el silencio que arropa, como un inmenso trapo rojo, la información que apenas se difunde a los venezolanos por algunos medios de comunicación. La censura impuesta por el régimen impide que esta información pueda llegar al común de la sociedad. El acceso a la información en Venezuela, hoy, solo es posible para quienes nos mantenemos investigando sobre estos y otros temas, llegando a las fuentes ciertas y veraces de la información. El día a día del venezolano se centra en sobrevivir: buscar alimentos, agua potable, gas doméstico, o esperar que regrese la electricidad.

 

En el documento se denuncia, además, la existencia de al menos 17 centros de detención en Caracas y su zona metropolitana, donde se mantienen prisioneros, tanto mujeres como hombres, civiles y militares, sometidos a períodos prolongados de tratos crueles e inhumanos, torturas, violencia sexual, entre otras humillaciones y vejaciones. 

 

Nada ha cambiado en Venezuela. Por el contrario, y como hemos estado afirmando en escritos anteriores, es imposible esperar de delincuentes que pertenecen a carteles del crimen organizado internacional (sea de las drogas, oro de sangre, trata de seres humanos, terrorismo o hampa común), que cumplan acuerdos, bien de respeto a los derechos humanos o en mesas de negociaciones políticas. Esto porque tienen por principio el uso de la mentira y el engaño como ‘política de Estado’, como estrategia para ganar tiempo y alargar, por cansancio con sus opositores, su permanencia en el poder. Tenemos que ser claros en ello: con pillos no es posible lograr acuerdos en beneficio de la sociedad. A los pillos y ladrones se les señala, acorrala y somete a la justicia para que cumplan condena por sus fechorías.

 

La tragedia de la sociedad venezolana no es tanto política o económica. Es, básicamente, de sobrevivencia de su población. Cerca de 7 millones de desplazados ya son una amenaza para la seguridad e integridad de algunos países que les han dado cobijo. Y esta avalancha va en ascenso. 

 

Detener la humillación y maltrato contra la población venezolana, denunciar el abuso y violación de los derechos humanos a su liderazgo opositor y disidencia, por parte del régimen de Nicolás Maduro y sus pandilleros, es una prioridad que permitiría avanzar a un real y verdadero proceso de elecciones libres, justas y creíbles.

 

(*)   camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

viernes, septiembre 16, 2022

Del infantilismo progre

 



Lecturas de papel

 

Del infantilismo progre

 

Juan Guerrero (*) 

 

Mi apreciado amigo Álvaro me responde un tuit para precisar que los personajes de fábula (-como fábula, al fin y al cabo), pueden representarse con otras características, incluso con rasgos asiáticos, africanos y color de piel distinta, como el caso de la Sirenita, Pinocho y tantos otros. Esto es precisamente lo que por estos años estamos viviendo o padeciendo, en eso llamado la visibilización de las minorías

 

Bajo esa interpretación la industria del entretenimiento y otras más, dan entrada a personajes de la fábula universal en la asexualidad o la pansexualidad, además de re-construir personajes con rasgos, color, sexo, virtudes y creencias religiosas, incluso opuestas a aquellos que fueron concebidos por sus creadores originales.

 

Estas nuevas formas de reinterpretación de personajes universales están creando en los niños y jóvenes formas diferentes de conocimiento, tanto de la literatura como, obviamente, de la historia. Todo ello, indudablemente, traeotra interpretación de la realidad y con ello la modificación del lenguaje, valores, principios y tradiciones culturales.

 

Se quiera o no, esta neo realidad es una presencia que se ha instalado, tanto en los medios de comunicación masivos, redes sociales, como en las aulas educativas. En principio no creo que ello sea nocivo o negativo en la difusión, por asimilación directa y afectiva, de la literatura fabulada y sus personajes universales. Lo pernicioso y peligroso pareciera ser cuando ello toca las zonas que tienen que ver con los intereses religiosos o políticos, y, sobremanera, en la psicología y tradiciones de una sociedad.

 

El advenimiento de las ‘grandes minorías’ que se han escudado detrás de los personajes de la historia de la literatura fabulada o fantástica, tiene hoy sus rasgos estratégicos que les han permitido derrumbar la férrea concepción, por ejemplo, de la heterosexualidad como paradigma cultural universal.

 

Así, las minorías sexuales con su disfraz de progresismo ha irrumpido en las narices de sociedades envejecidas donde el poder se ha anquilosado, derrumbando creencias seculares y estableciendo nuevas formas de pensamiento, transformadas en leyes y normas, que se ven ahora como el nuevo poder. Vivimos en tiempos donde una persona nacida como mujer, por ejemplo, se trans-forma en hombre, y, teniendo como pareja a un hombre, que a su vez se ha trans-formado en mujer, cumple su ciclo de embarazo. En estas circunstancias el reflejo de la realidad animada en nuevas experienciasfílmicas, busca representa o adecuar aquellos personajes que por décadas fueron grandes arquetipos para las sociedades, en estas nuevas experiencias.

 

Las generaciones de las últimas tres décadas han consolidado una nueva manera de pensamiento cifrado en una libertad, democracia y sentido de la vida, sobre bases que intentan solidificarse en las estrategias de aceptación de estas y otras minorías. La ‘tolerancia’ y aceptación del Otro diferente es piedra angular de este pensamiento que asume en política la estrategia del populismo progresista como bandera que arropa todo aquello opuesto a lo socialmente aceptado. Movimientos ecológicos, sexuales, políticos, artísticos, de creencias o nueva era, se ven representados por las gigantescas corporaciones de la tecnología de las comunicaciones que explotan el fanatismo de quienes comulgan en las filas de estas grandes minorías.

 

En estas circunstancias las viejas mayorías sociales, empequeñecidas por la realidad virtual y la pantalla comunicacional, toman distancia de este asalto al poder, sea por la introducción de estructuras legales o de hecho, en las turbas que incendian iglesias, derriban estatuas o simplemente, desnudan su humanidad y muestran sus traseros.

 

La readaptación de las obras clásicas de la literatura dirigida a niños y jóvenes está ahora sirviendo como punta de lanza para identificar una nueva generación de seres asexuados, trans-genéricos, adeptos a las nuevas creencias progresistas/populistas, con otros valores y principios, que han aprendido a conocer la literatura clásica y sus personajes universales desde sus propios valores.

 

Todo ello trae otra narrativa o reinterpretación de la literatura fabulada y de la misma historia y cultura. Esto está cambiando hasta el mismo lenguaje en todas las sociedades, unas más adelantadas que otras. El dinamismo que representa es el sello impuesto por una generación que está desafiando a Dios y al Demonio. 

 

Creo que de seguir como vamos en pocas décadas asistiremos al advenimiento de nuevos dioses, nuevos ángeles y demoniosentremezclados en su pansexualismo, gritando su histeria a los cuatro vientos, sin otra máscara que aquella descubierta en la agitación de una vida experimentada con sobresaltos.

 

(*)   camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

sábado, septiembre 10, 2022

Arepa

 


                       Juan Guerrero (*)

Mi amiga Marita me envía un mensaje donde me felicita por mi artículo de prensa al tiempo que me indica que conoció una nueva palabra, demiurgo. Su mensaje me deja varios días reflexionando sobre ese mundo tan extraño y a la vez cotidiano, como lo son el lenguaje y las palabras.

Pienso en los primeros tiempos cuando en la conquista y luego, la colonización de lo que hoy conocemos como Venezuela los españoles mantenían una especie de censura sobre el idioma. Había una práctica idiomática que usaban los blancos peninsulares y sus descendientes. Esa lengua regía la vida colonial y se registraba en los libros oficiales y también sagrados. Se recitaba en conventos y cabildos.

Pero también existía la otra lengua, esa de las orillas, que en boca de pardos, negros e indígenas, registraba la vida cotidiana y nombraba el asombro de un mundo que aparecía en la mirada, en los gestos, ademanes, y en la degustación, como en las primitivas tortas de erepa, también llamada areppa, de voz indígena.

A través de los siglos se ha ido construyendo una memoria cultural donde el ser venezolano y lo venezolano, encuentran su mayor y fundamental riqueza en la memoria de la oralidad.

Esa fuerza inconmensurable de la oralidad es lo que hoy nos mantiene vivos. Ligados a un gusto por la tierra y sus riquezas naturales, de donde nos viene la sabia manera de mantener en la memoria el gusto por eso que nos permite abrazarnos alrededor de nuestro plato gastronómico por excelencia, la arepa.

Y la arepa es sinónimo de oralidad, de fogón, de cosa antigua pero al mismo tiempo presencia obligada en esta era de la alta tecnología y el ciberespacio.

Apenas hace un par de siglos entramos en la memoria escrita, en eso del lenguaje fijado en blanco y negro a través de la escritura.

Pero la memoria oral, esa de la palabra traslúcida, esplendorosa y sabia, ha sido por milenios nuestro otro pan, nuestra otra tortilla, que nos acompaña eternamente en la construcción y reconstrucción de nuestra ancestral historia cultural de las experiencias de nuestra cotidianidad.

A través de la oralidad boga un alma que traza nuestro destino común en la esencia de nuestro alimento primario. La arepa nutre el cuerpo pero a la vez nutre el alma porque es ostia que recibimos para comulgar-comunicar la íntima felicidad que es recuerdo ancestral.

El sabor de la arepa recuerda aquel que es piel de un dios incrustado en nuestro paladar. Por eso la cultura venezolana se degusta en sus sabores primarios, como la arepa. En ella existe la huella donde encontramos el camino a lo que hemos sido, somos y seremos. En ese círculo blanco con incrustaciones negras, cabemos todos.

Nuestra historia, nuestra cultura están resumidas en un grano de maíz, amasado con agua y sal de esto que nombramos arepa.

Hoy conocemos el poder de la historia cultural. A través del estudio de la vida cotidiana, conocemos e interpretamos los rasgos, detalles y maneras como nuestros antepasados transitaban las horas en su manera ordinaria de vivirlas. Esos instantes son destellos en la eterna manera de ser y sentir el gusto por la vida y sus entornos.

Y mientras reflexiono sobre las palabras, ninguna encuentro tan clara, pegajosa y oportuna para usar como gran demiurgo, que esta simpleza llamada arepa.

Olorosa a carbón y enmantequillada. Ora asada o también frita. Acompañada en nuestra pobreza con guarapo o guayoyo. También engalanada en su riqueza a lo reina pepiada, con jugo de fresa y hasta con vino tinto. En todas sus formas siempre visualizamos en su nombre la infinita presencia de una sencillez que será la marca eterna de la cultura venezolana, construida en su cotidiano trabajo de manos que amasan esta generosa existencia tan grandiosa de ser venezolanos.

 

camilodeasis@gmail.com