domingo, agosto 28, 2022

La absoluta marginalidad

 



Lecturas de papel

 

La absoluta marginalidad

 

Juan Guerrero (*) 

 

Sí, sigo pensando que la más cruel realidad en la que se encuentra el venezolano de los últimos 15 años es la marginalidad. Porque la marginalidad es, básicamente, un estado mental. A todos nos ha alcanzado esta enfermedad mental, esta podredumbre, esta fetidez de la total y absoluta marginalidad.

 

Como actitud frente a la vida hemos sido arrastrados a ser protagonistas de primera fila de esta mala película del socialismo del siglo XXI, donde desfilan sus primerísimos personajes: líderes políticos de largas y afiladas pezuñas, la jerarquía militar con sus asquerosas y fétidas botas negras que aplastan todo humanismo, los comerciantes y empresarios con su eterna mentalidad de pulperos, los intelectuales con su sempiterno y palúdico izquierdismo, académicos sumisos y empobrecidos anclados en un pensamiento obsoleto. Todos ellos y otros más, con esa mentalidad populista, retrógrada y reaccionaria. Y más allá, presenciando impotentes y con rostros famélicos, la anónima masa de una población semejante a los moribundos prisioneros de los campos de concentración del nazismo, observando cómo transcurre la abúlica vida de un ex país que llaman República Bolivariana de Venezuela.

 

No, nunca será posible recuperar un país ni mucho menos, una sociedad mientras su liderazgo fundamental se encuentre instalado en un pensamiento marginal. Quienes ayer defendían los derechos humanos, fieles y consecuentes partidarios de la justicia social, paladines de la solidaridad con los trabajadores, revolucionarios, demócratas y socialistas de avanzada intelectual; ahora son los más terribles reaccionarios, energúmenos defensores de una institucionalidad de utilería, de una justicia acomodaticia, defensores a ultranza de una apertura irrestricta de la economía salvaje y sin controles. 

 

Sí, la mentalidad de este venezolano del poder y sus cercanías es similar a la marginalidad porque es una forma de vida ajustada a la precariedad de los valores y principios, que se ajustan según las circunstancias e intereses de lo estrictamente material, como el dinero o toda forma de drogay corrupción.

 

No, no se puede confiar jamás en este tipo de mentalidades marginales porque su principio de sobrevivencia será siempre la mentira y la calumnia. Mentir como valor de vida y principio de Estado, es una estrategia que supone una manera de pensar y actuar de sus miembros. 

 

Sí, mientras la población de anónimos sobrevivientes venezolanos se ve diezmada por la malnutrición, el vandalismo y la precariedad de los servicios básicos, cada vez es más ruinosa, insalubre y oscura la mentalidad marginal de sus gobernantes y dirigentes. Son estas, las características básicas de una mentalidad marginal, donde la vida espiritual e intelectual no pueden cultivarse, por lo tanto, la fortaleza psicológica se fractura, se fragmenta y ocurre esto que forma parte del paisaje de todos los días: seres humanos que han llegado al límite y se suicidan.

 

El socialismo en Venezuela ofrece como futuro la vida marginal, tanto en su construcción a través de una pobreza educativa, como en la falsedad de principios y valores contrarios a la tradición cultural que busca enaltecer al ser humano como ciudadano libre. La vida en el socialismo del siglo XXI en Venezuela, es una afrenta a la dignidad humana porque condena al hombre a la mentalidad marginal, sumisa, decadente y corrupta.

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

lunes, agosto 22, 2022

Buena suerte, Leo Grande o, cuando el orgasmo nos alcance

 

Imagen:Google


Lecturas de papel

 

Buena suerte, Leo Grande o, cuando el orgasmo nos alcance

 

Juan Guerrero (*) 

 

Sin muchas expectativas fui al cine con mi esposa para ver esta película (Buena suerte, Leo Grande)Éramos, ella y yo. ¡Ah!, y otro desconocido que llegó casi comenzando el film. De resto, teníamos toda la sala de cine para nosotros.

 

-Es que no es un tema para cualquier público, indicó mi esposa. En fin, que de esta película lo que me queda es una sensación, -así se lo indiqué- de estar frente a una gran sala de terapia. –Es un film que reivindica y trae al presente al olvidado, Freud. –Muy freudiana, fue mi sentencia. Y es que más que presentar la ‘carrera por un orgasmo’, donde los instintos (instinkt) sexuales salen desparramados, son las ‘pulsiones (trieb) sexuales’aquellas que se muestran en medio de una larga lista de insatisfacciones y deseos por realizar.

 

De gran factura la muy buena actuación de EmmaThompson. A sus 63 años ya se aprecia la soltura de una gran actriz, con un lenguaje kinésico inmejorable que supera el torrencial de diálogos que, por momentos, nos hace espectadores de una teatralización en un único espacio. Es que la película se mantiene en la abundancia de diálogos y lenguaje de los cuerpos, a dos voces. Son varios los temas que se abordan en este melodrama de 97 minutos. Uno de ellos es la belleza del cuerpo, concebida desde la óptica aristotélica (representada por el actor, Daryl McCormack, en el papel de Leo Grande)versus las otras estéticas que se contrapone al cuerpo envejecido de la Thompson (en el papel de Nancy, una maestra de religión, jubilada y viuda, con su cuerpo envejecido y negado a reconocerlo). A sus más de 70 años, Nancy siempre debió fingir orgasmos durante su matrimonio con un hombre pecaminoso que siempre estuvo centrado en las reglas victorianas de la Inglaterra de la post guerra. 

 

Una vez muerto su marido y único hombre, Nancy se da a la tarea de anotar una serie de fantasías sexuales que siempre quiso experimentar y nunca pudo satisfacer. Una de ellas es alcanzar un verdadero orgasmo. Para ello busca por la Internet y consigue a un ‘trabajador sexual’. Su avatar es, Leo Grande, joven de 29 años, quien, con cuerpo escultural y semejante a un Adonis griego (-me viene a la memoria la película de Visconti, Muerte en Venecia, donde el joven Tadzio fulmina con su belleza al envejecido artista, Gustav von Aschenbach). Pero, mientras Aschenbach sucumbe ante la absoluta belleza, extendiendo su mano en un imposible acercamiento; Nancy, por el contrario, recorre con su envejecida mano el cuerpo de su cercano e íntimo Adonis. Ella logra esa fusión, y, por lo tanto, accede a otra oportunidad de plenitud (rejuvenece), tanto física como espiritualmente. 

 

Mientras ello sucede, en el joven Leo se genera un proceso de ¿madurez?, en la búsqueda de lo matricial (la madre físicamente ausente, pero con su fuerte y decisiva presencia psicológica). Leo, más que un trabajador sexual es un terapeuta de las emociones, un servidor social que busca en los pacientes-participantes, la imagen de la madre. De ahí sus menciones a los fragmentos en los diálogos: “una mujer en silla de ruedas”, otra más “de 82 años”, todas ‘descompuestas y fragmentadas’.

No es nueva la temática de la insatisfacción sexual ni tampoco la de relaciones familiares fracasadas o alteradas. Mencionaría la saga de Bergman (Escenas de un matrimonio, o Sarabanda), esta última, por cierto, donde Liv Ullmann se atrevió a aparecer completamente desnuda (aunque en una habitación semi oscura), haciendo un personaje entrado en años y donde ella tenía más de 60 años. 

 

La escena donde Emma Thompson aparece completamente desnuda, ya para el final de las escenas presentadas, es una de las dos temáticas que creo de interés en esta película. La desnudez de esta actriz, más por curiosidad que por un acto de reflexión, es el ‘gancho’ de venta de esta producción. Así se intenta vender la imagen y publicidad de una actriz que en su madurez se atreve a presentarse totalmente desnuda y mostrar su cuerpo a sus 62 años: senos que ya han sucumbido a la gravedad, abdomen fláccido y brazos y piernas con carnes pegadas a sus huesos. Mientras por el rostro cruzan las curvas y ‘líneas de expresión’ de quien ha transitado una intensa vida. Esto otorga realidad y verdad a su personaje que, en su cotidianidad o sociabilidad, logra salir a flote y cumplir con los deseos que por años soñó. La sexualidad, como le planteó Freud unos cuantos años atrás, es el motor que mueve la sociedad en sus más íntimas relaciones. Lo certifica esta película, que, no siendo un plagio, obviamente, es un ‘refrito’ bien montado y mejor actuado.

No por casualidad uno de los personajes, al despedirse, lo manifiesta: “Mrs. Robinson, ¡Me está seduciendo!” (¿en alusión al film, El Graduado?).

 

Finalmente está la temática del ‘servicio sexual’ que lleva a cabo, Leo. Lo plantea la película como un reconocimiento o reivindicación de un oficio tan viejo como la misma prostitución femenina. Antes se les conocía como el clásico y seductor gigoló, de buen cuerpo, mejor labia y capaz de abordar cualquier tema. Encarnado por el joven Leo, es un terapeuta sexual que ‘ayuda’ a mujeres entradas en años y en carnes a aceptarse y asumir su sexualidad sin mayor pudor. 

 

Un melodrama que vale la pena ver. No es una gran película, pero tampoco aburre. Salvan las escenas de hilaridad y los absurdos, y también, dos buenas actuaciones.

 

(*)   camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

domingo, agosto 14, 2022

Historia universal del terror




 Vivir en socialismo es saber que tu vida se reduce a la escasez. Todo es ruina, mentira y sufrimiento. Tu rostro es sombrío, como un remoto sueño que añora una sonrisa. Vivir en socialismo es escuchar mentira tras mentira la ilusión de una vida perfecta. El nacimiento del hombre nuevo que nunca vendrá. Vivir en socialismo es saber que jamás encontrarás nada amoroso en la oficina del Estado. Estás abandonado a tu suerte. Perdido entre seres que gesticulan por televisión, su podredumbre de parásitos sociales. Sabes que vendrán por ti. Te vigilan. Te buscan. Te marcan. Eres apenas un insignificante número sin identidad. Vivir en socialismo es aprender a vagar buscando comida. Te convierten en un ser temeroso. Te idiotizan con la propaganda oficial. Infinitamente te repiten el estribillo del enemigo externo. Te acostumbran a una guerra que jamás vendrá. La muerte te acompaña de la mañana a la noche. Cierta. Fría y calculada. Aprendes la ruta de tu día. La exacta manera de andar cabizbajo. Vivir en socialismo es sentir el estremecimiento cuando de madrugada abres los ojos en medio de la oscura noche y te asombra la luz de un bombillo. Ciento seis horas y media sin electricidad. Estás agotado. Por más que duermas te levantas cansado. Tu cuerpo adolorido que no quiere levantarse. Sientes tu almohada húmeda de tanta lágrima derramada en la oscura madrugada. Vivir en socialismo es desear y no desear que regrese la electricidad, el agua, el gas, el servicio telefónico, la Internet. Saltas de la cama y acaricias el resplandor de la nevera. La enciendes y sabes que pronto beberás agua fría. Entonces piensas en Melquíades y la primera vez que en Macondo vieron el hielo. Cierras los ojos y tus labios se humedecen. Tal vez probarás el agua fría. Dará tiempo para que la nevera congele. Vivir en socialismo es soñar con un jabón de olor a jazmín. Ducharte y pasar un buen rato mientras sobre tu cuerpo cae el agua tibia. El mundo se reduce a un baño. A una toalla limpia. Tus deseos de ser millonario se reducen a un almuerzo con pasta y sardinas. Un plátano semi podrido, pero que al probarlo deje en tu paladar el dulcísimo sabor caribeño. Vivir en socialismo es querer abandonarlo todo por volver. Regresar a una vida normal y sin retorno. Los días son largos. Inmensamente tenebrosos. Tienes temor a transitar las calles porque las miradas de los moribundos como tú, tan iguales, tan exactos, te intimidan. Vivir en socialismo es perder a cada momento masa muscular. Sientes que tu cuerpo se va derritiendo mientras caminas tu pobre pobreza de ciudadano degradado, humillado y vigilado. Vivir en socialismo es ver los parques, plazas y plazoletas desiertas. Toda huella del pasado histórico borrada, alterada y abandonada. Todo vínculo con la dignidad humana, principios y valores cambiados por la absurda parodia ideológica que gaguea su banalidad por las esquinas. Vivir en socialismo es pensar continuamente en buscar comida. Estás hambriento de todo. Te hace falta un desayuno de aliento, un almuerzo de sonrisas, una merienda de tertulia, una cena de íntima felicidad. Estas harto, cansado, agotado, quebrado de tanta amenaza. Vivir en socialismo es ver pasar la vida en cámara lenta. Tu vida cotidiana es una repetición, una sucesión de carencias que se acumulan a un costado de tu alma y pesan como tormentos, azotes de cuero seco, dolores de estómago vacío. Vivir en socialismo es pensar constantemente en nunca enfermarte. Jamás caer preso. Diosnoloquiera ser paciente psiquiátrico. En socialismo el enanismo mental te persigue desde el vientre de tu madre. Naces desnutrido y débil. Aprendes a vivir en la anormalidad. En socialismo irremediablemente tu destino claro, seguro, será la anulación como ciudadano. La tumba sin nombre. Estarás alejado de lo amoroso, de quienes puedan protegerte. Nunca encontrarás señal de amparo institucional. Autoridad policial, militar que te respete. Ellos, los bárbaros y su barbarie son la costumbre. Arrogantes, elegantes y pútridos. En socialismo tu humanidad, tu ciudadanía y tu inteligencia son un estorbo, una amenaza para el poder. 

(*)    camilodeasis@hotmail.com  TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

sábado, agosto 06, 2022

El desprecio a la Educación

 



Lecturas de papel

 

El desprecio a la Educación

 

Juan Guerrero (*) 

 

 

No. No creo que la cancelación del denominado bono vacacional y recreacional, que por ley corresponde cancelar regularmente cada período vacacional, a los profesores de educación Primaria, Secundaria y Universitaria en Venezuela, sea por falta de presupuesto (dinero) en las arcas de la Tesorería nacional.

 

Es una estrategia de un plan que se adelanta desde hace varios años para suplantar el sistema educativo nacional y adecuarlo al Plan de la Patria, como sistema de desarrollo socio político y militar del Estado Comunal, que de hecho funciona desde hace algunos años, con pequeños ensayos a escala menor.

 

La educación tal como tradicionalmente ha venido funcionando es diametralmente opuesta, en la formación de principios y valores, a la práctica diaria que paulatinamente se viene imponiendo en el devenir del llamado ‘socialismo del siglo XXI’ que desde los tiempos del ex presidente Chávez se pensó y diseñó.

 

La agenda económico-social que en la actualidad se viene desarrollando, por insólita que parezca, es similar o muy parecida a la propuesta que en su momento fue sugerida por los técnicos del Fondo Monetario Internacional para ser aplicada en Venezuela. Esa agenda neo liberal ha sido impuesta, de hecho, por los técnicos contratados por el régimen totalitario de extrema izquierda.

 

Esta es la razón por la que todos los derechos que por décadas disfrutaban los trabajadores venezolanos, entre ellos los bonos por vacaciones y recreación, además del apoyo económico del Estado a los ‘primas’ por hospitalización, cirugía y maternidad, escolaridad, beneficios de ahorro y préstamos para adquisición de vivienda y vehículos, entre otros, han sido gradualmente restringidos o eliminados.

 

No. No es casual que, por estos tiempos, las federaciones, asociaciones, sindicatos y otros entes, legítima y legalmente constituidos por los trabajadores venezolanos, hayan sido sustituidos por organismos paralelos, como ocurre con la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (AVERU), o la Federación de Asociaciones de Profesores de Venezuela (FAPUV), a quienes les impusieron otras estructuras cuasi jurídicas, (ARBOL y FTUV). Estas y otras estructuras, como en todo régimen totalitario, sirven de mampara para aparentar ante organismos internacionales que en Venezuela se cumple con el ordenamiento jurídico establecido en la Constitución nacional y las leyes.

 

Como es lógico suponer los organismos inventados responden a los planes que desde el poder central se adelantan para ir gradualmente imponiendo el Estado Comunal que tiene como eje central, un sistema educativo donde el sujeto crítico (sea docente o alumno), sea obediente a la ideología socialista. Por lo tanto, se parte de una historia cuyo centro va a ser la ‘gesta histórica’ de la revolución chavizta del 4 de febrero de 1992; toda una simbología y culto al mesianismo, la superstición, la ortodoxia y el fanatismo de Estado, partido y líder. Lo anteriorprocesos de formación y consolidación de la sociedad venezolana, construcción de ciudadanía con la promulgación de la Educación pública, gratuita y obligatoria, en 1870, entre otros grandes rasgos históricos, son vistos como ‘antecedentes de las glorias que en la actualidad se viven en el ‘socialismo del siglo XXI’ y la tristemente llamada, ‘Venezuela se arregló’ de este 2022.

 

La coyuntura actual que ha llevado a los docentes venezolanos a la calle para exigir respeto a las leyes, la norma y que se honren sus derechos adquiridos constitucionalmente, llevará la crisis educativa al ‘combate y a la batalla’ donde el régimen quiere que se desemboque: paralización de todo el sistema educativo venezolano. Esto le permitirá varios escenarios. Uno de ellos es declarar la emergencia educativa. Declarado esto, podrá ‘judicializar’ (abrir expedientes) a quienes se nieguen a acudir a las aulas de clases. Además, podrá intervenir los centros educativos con la excusa de velar por la integridad física de sus instalaciones, y, lo peor (-o mejor para ellos): sustituir (por jubilación y/o expulsión), aquellos docentes que les sean hostiles a sus intereses políticos.

 

Es falso que el régimen no posea presupuesto en sus arcas. Ocurre que se está ejecutando un plan bien diseñado con otros propósitos. Incluso, esta inicial crisis le permite opacar la sentencia contra 17 dirigentes políticos, a quienes les ha sentenciado a 20, 25 y 30 años de presidio. 

 

La crisis del sistema educativo venezolano no terminará, incluso, con la cancelación a cuenta gotas de los porcentajes (10+10+10+75%) que, hasta julio de 2023, el régimen ha prometido por boca de sus mandaderos. No olvidemos, además, que una de las políticas de Estado de estos pandilleros, es la mentira. Mentir como política de Estado le ha dado muy buenos resultados a lo largo de estos 22 años de estrategias y tácticas dilatorias para ganar tiempo.

 

No. No es posible pensar que mientras unos pandilleros, cuyas cabezas tienen precio por narcotráfico, estén en la administración del poder en Venezuela podrá arreglarse nada. Por el contrario, todo seguirá gradualmente empeorando, y quien piense que podrá solventar su vida, con un futuro asegurado, la realidad le seguirá golpeando el rostro cada vez que abra su refrigerador.

 

(*)   camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1