viernes, abril 30, 2021

La literatura venezolana, hoy




 Lecturas de papel

 

La poesía venezolana, hoy

 

Juan Guerrero (*) 

 

 El ‘secreto mejor guardado del Caribe’ acaso sea la poesía venezolana que se escribe por estos tiempos. Tanto de finales del siglo pasado como estos que inician el nuevo siglo y que están marcados por la pandemia. 

 

  La poesía venezolana, hoy, está abordando nuevas temáticas e incorporando otros lenguajes para establecer una suerte de narrativas poéticas de incomparable originalidad. No escapa a ello los aportes de quienes han debido huir del país y refugiarse en otros espacios. De eso nos viene el tema del exilio junto con las experiencias personales que se están viviendo.

 

  Pero quienes permanecen en la geografía nacional, experimentan las otras experiencias, los ‘insilios’ propios que dan como resultado una particular manera de hablas poéticas donde se aborda la vida desde la misma esencia de la pura realidad o en otros, desde la cotidianidad de los extremos, la misma vida marginada, de eso que va quedando y que aún tiene reflejos de cierta sustancia llamada vida, memoria, y tal vez olvido.

 

  Apenas mostraré dos ejemplos de esto que indicamos. Uno de ellos viene marcado por la poética de, Carmen Rosa Orozco (San Juan de Colón, 1978). Pocas veces en la poesía venezolana una escritora se ha atrevido a mostrar la realidad, poetizando con tanta fuerza y dureza en sus imágenes un mundo, o submundo, como el de la prostitución y la vida prostituida, sus entornos y la mirada que detalla cada sentimiento.

 

  Son resplandores, acaso instantes de lucidez que iluminan ángulos donde ellas logran un respiro y nos dicen que son seres humanos, que están ahí, en la otra fosa mientras ahogan sus llantos, entre sudores, semen y pases de cocaína.

 

El discurso poético de Orozco es lacerante, despelleja lo poco de virginidad que queda en nuestra ingenuidad como amantes. Todo principio, todo valor queda aniquilado por la transacción a la que se llega; acostarse con un extraño por unas patas de pollo, por un kilo de harina precocida, por un trago de ron.

 

 Así habla en su poesía, Carmen Rosa Orozco: “Están esas/ putas de la calle, que/ miden las aceras a punta/ de/ hambre y desarraigo:/ con un brazo lleno de/ saliva compré una/ harina leudante/ Robinson,/ con mis piernas/ forcejeadas alcanzó para/ un kilo de espaguetis/ Sindoni, mis senos/ estrujados rindieron/ para un cartón de/ huevos y dos kilos de/ arroz tradicional Mary,/ los/ moretones en mi cuello/ cubrieron las hortalizas,/ mis nalgas manoseadas/ se ofertaron por/ dos kilos de harina para/ arepas marca Candor (la/ colombiana y suavecita),/ por último, mi/ vagina estremecida por/ un pene que la compra/ sin altibajos en/ DólarToday bastó para/ las/ proteínas de origen/ animal de la semana/ (algo de carne molida, patas de pollo para el/ colágeno con las cuales/ logre alargar esta/ miserable juventud,/ vísceras para los/ abuelos,/ recortes externos para/ las tías, muslos de pollo/ para los niños), mi boca/ quedó sedienta por/ los hombres que no me/ amaron y como una puta/ triste de la calle los/ borrachos recorren la/ muy triste geografía/ anatómica de mi puto/ cuerpo hecho/ escombros, huesos y/ llanto que/ nadie oirá, me salgo a/ vender por unos billetes/ que no son de/ Monopolio, hay muchos/ en/ casa, nunca le puse/ precio a mis besos/ porque después de estar/ rota, mil veces rota,/ perdí/ las ganas de besar.” (Fragmento de, Los días asincrónicos de Tina)

 

  No, no hay metáforas, no hay rima ni cadencia. Solo un largo discurso que deja al lector en un silencio infinito. El ritmo poético en parte se entrecorta, se quiebra, se fractura entre imágenes que caen desordenadamente, entre pedazos de tinte, perfumes y olores fétidos. Quizás sea la propia putrefacción de un espacio, más que carnal y de amantes, este que los ojos ven cada día; el país que fue y que es.

 

  La otra referencia es la de un joven escritor, Elio Alejandro Espósito Castillo. Con 22 años, este joven residenciado en Caracas, se alzó con el premio del V Concurso de Poesía Descubriendo Poetas, donde tuve el privilegio de ser miembro del jurado. Con su libro Cotidiano, “resalta la cotidianidad como hecho trascendente y mantiene una unidad temática donde el uso del lenguaje, en momentos recreado, aporta un juego de ‘hablas’ significativo que enriquece los fundamentos idiomáticos. Se evidencia un uso del lenguaje suficientemente soportado en prácticas de complejas lecturas que llevan al autor a recrear y construir una voz poética de rasgos y juegos metafóricos propios”. Dice en parte del veredicto.

 

 De su libro presentamos dos textos: A los perros. Las lámparas nuevas del barrio acabaron/ con las noches de luna y/ pasos nocturnos. Las seis de/ la tarde se hacen permanentes hasta las/ seis de la mañana, igual que las/ goteras, la mortadela en el pan y el/ café recién colado en/ la mañana, acompañado del/ lucero en el poco cielo que/ se alcanza a ver desde la batea./ Mejor vaciar la olla/ debajo del hueco antes/ de que los zancudos prendan su rumba./ Las lámparas ya no se apagan, ni/ permiten el sueño de mi ventana que/ es ahora plata mientras me canto.” 

 

  Es una poética directa, a veces seca, donde las imágenes son certeras o se dibujan en medio de lo absurdo de la vida y su incertidumbre. Esa que vive el poeta y donde existimos en medio de nuestras tribulaciones, como en este otro: “Parada. petarepetarepetare/ el joven de piel tostada y labios rosas/ se aferra con fuerza a la puerta del vagón superficial/ el cabello rizado y cobrizo/ la canción eterna de trovador/ sequeda?dalehijosiguedelargo/ el mocho sentado adelante/ menortequedasaquíconmigoysiguespalanteunacuadra/ el nene se baja/ unplacervarón dice el mocho con una muleta de madera y otra de aluminio/ (y una bolsa de barriletes)/ un niño meando una pared/ se montan/ avanzan/ dalemenorcorre y se ríe el rapsoda/ los ojos de amor cuando ve a una muchacha/ el niño abre los ojos con fuerza/ dóndesequedaseñorita?/ enchacaopetarepetarepetare/ la camisa le queda grande/ no sufre de calores/ el chofer chorrea y destila sudores desde su pecho/ el piso del carruaje deja ver el asfalto/ notengopasajemevasadejarmontarono?/ hijodéjamelaporquí/ dios la bendiga, muchacha/ petarepetarepetare/ y los labios se curvan en sueños de siempre.”

  El país, hoy, cuenta sus historias, su vida fracturada y su crueldad, pero también su memoria amorosa y solidaria, en la eterna voz de su poesía y sus poetas.

 

(*) camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1

 

jueves, abril 22, 2021

¡Éxito!

 



Lecturas de papel

 

¡Éxito!

 

Juan Guerrero (*) 

 

  Hace muchos años mi cuñado, Pedro Belisario, único médico neurólogo para los estados Apure, Amazonas y sur de Guárico, me comentó algo que aún me sigue sorprendiendo: –Es que cuando viene alguna emergencia al hospital, el paciente, después de atenderlo y salvarle la vida,le da las gracias a Dios. -Pero, sentenciaba, cuando el paciente muere, yo soy el responsable. Nunca nos reconocenni aprecian nuestros conocimientos ni esfuerzo.

 

  Esto parecería un comentario trivial y secundario sino fuera porque tiene un sustrato sumamente delicado y que comporta parte de las características de cierta población venezolana, mal acostumbrada a rechazar todo aquello que signifique reconocimiento por el esfuerzo y éxito del semejante.

 

  Hace algún tiempo comenzó una especie de ‘cruzada demoníaca contra un famoso director de orquestavenezolano, Gustavo Dudamel, donde se puso en tela de juicio hasta sus geniales dotes como músico, mundialmente reconocido como maestro excepcional y genial pedagogo musical. Si bien las recriminaciones estuvieron y están centradas en sus vínculos con el régimen totalitario venezolano, lo que subyace al centro de la diatriba es esto que tratamos.

 

 Dudamel es una persona altamente exitosa, de una riqueza artística desbordante. Además, tiene una presencia de imagen que no encaja con la mentalidad de eso que se llama ‘populismo’, por el contrario, su imagen exige una decodificación sobre un mensaje que lleva a utilizar un lenguaje, necesariamente reposado, reflexivo, por lo tanto, no es un modelo para ser usado por la ‘masa’. Hubo un tiempo que el régimen intentó hacerlo, sin embargo, terminó claudicando y a la inversa, debió dejar su imagen porque contradecía su programa de ‘embrutecimiento del populacho’, tal y como ahora es evidente y notorio. 

 

En una sociedad altamente penetrada e invadida por la excesiva y pobre política populista, desde cualquier ámbito donde se le observe, los demás espacios donde se desenvuelve el ciudadano quedan opacados, por lo tanto, los rasgos del totalitarismo se evidencian, tanto de un lado como del otro. De allí, la sentencia obscena: “O estás conmigo o estás contra mí” (-Aplíquese esta sentencia en todo, y de cualquier bando). Pero los artistas, los científicos, los deportistas, los poetas, y millones de ciudadanos, necesariamente no estamos con nadie en particular. Ejercemos nuestro derecho de estar, no estar o permanecer a un lado. 

 

  No creo, como he afirmado, que las críticas a este renombrado artista sean por su pasado con el chavizmo. Creo, sí, que vienen por la frustración de muchos ante su propio fracaso personal. Porque en Venezuela por muchísimos años se ha estado considerando a la persona altamente exitosa como ‘culpable’ del fracaso, de la pobreza de otros. Y es acá donde debo señalar que esto último es lo que caracteriza a la mentalidad marginal, o como informalmente se le conoce en Venezuela: ‘El rancho mental’

 

  La mentalidad marginal es sumamente atrevida, hipócrita y grosera, para ello, se escuda, se esconde detrás de ciertos ‘razonamientos’ para dejar al Otro diferente, como culpable de su atroz incapacidad para superar su condición mental de inferioridad.

 

  Otro ejemplo de esto que indico sobre el éxito y la persona altamente exitosa lo podemos observar en la figura del doctor José Gregorio Hernández. En su juventud y madurez fue un profesional que se superó gradualmente. Además de médico era un acucioso investigador, políglota, músico e intelectual de conocimiento universal. Siempre estaba de ‘punta en blanco’ e incluso, podría decirse que hasta vestía de manera impecable, tipo ‘prêt-à-porter’, con sus zapatos sumamente lustrados. Es hasta hoy el único personaje de los ‘cielos católicos’ con traje completo, sin mayor sufrimiento en su imagen, impoluto en su rostro y su cuerpo no posee heridas ni sangre, ni tampoco posee nada que indique que es un ser ‘zaparrastroso’ ni que huela mal. Quizás por estas características ha tardado tanto tiempo en ser considerado como candidato a los altares. Observen a la mayoría de santos y beatos cómo aparecen en sus imágenes.

 

Esto mismo es lo que le está sucediendo a Dudamel y al resto de personas que se esfuerzan para ser seres altamente exitosos, que cultivan una riqueza intelectual, artística, científica o deportiva. Las personas exitosas no andan buscando promoción ni pierden el tiempo en trivialidades de farándula de segunda mano. Tampoco conversan con cualquiera ni visitan cualquier lugar. Sus espacios están muy bien cultivados, son el laboratorio, el auditorio, el campo deportivo, donde pasan la mayor parte del tiempo. Las personas altamente exitosas no pierden el tiempo lanzando ‘perlas a los cerdos’

 

  Una persona exitosa tiene absoluta consciencia de su valía, por lo tanto, de su responsabilidad individual y colectiva. Prefiere quedarse en el laboratorio porque debe aportar a la humanidad, al Otro, sea su igual o diferente, la cura para su enfermedad, la melodía que eternizará, o lograr el récord mundial en su especialidad deportiva. 

 

  Sí, son seres excepcionales, geniales y están por ello, más allá de la pobreza de tanta mentalidad marginal, atroz y cruel que envidia y constantemente fracasa, tanto en lo individual como con los demás. Los marginales, en tanto pobres, siempre defraudan, tanto por su incapacidad y porque son inconstantes en su ser y hacer.

 

  En estos tiempos de tanta mentalidad marginal, pobre y pandémica, hay que afirmar nuestro esfuerzo, nuestra constancia por ser personas altamente exitosas, que cultivamos y producimos riqueza. Eso solo se logra aplicando una actitud proactiva hacia el logro de metas y objetivos concretos y reales.

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1




miércoles, abril 14, 2021

Yo ya me vacuné




 Lecturas de papel

 

Yo ya me vacuné

 

Juan Guerrero (*) 

 

En mi niñez muchas veces escuché que en las tragedias marítimas siempre el capitán del barco era la última persona en abandonar la nave. Algo similar ocurrió con el tristemente célebre Titanic. Con los años el concepto fue adecuándose y los especialistas lo han cambiado por la evacuación de grupos familiares. Pero siempre el capitán, cabeza de familia o líder de la manada es quien se sacrifica por el bien común. Por alguna razón ostenta el calificativo de líder o dirigente de algo.

 

En Nueva Zelanda, por ejemplo, la primer ministro de ese país ha sido enfática al declarar que será la última persona en vacunarse contra el virus chino. Esto, para dar ejemplo como cabeza de Estado en beneficio de sus ciudadanos. Este gesto ennoblece a la persona y prestigia el cargo que ostenta. Algo similar han manifestado otros mandatarios en países donde los efectos de la pandemia han causado estragos.

 

Pero en Venezuela, el país más pobre y con mayor porcentaje de desnutrición infantil y de ancianos de América, según anuncian las agencias especializadas en el tema, el presidente anuncia que él ya está vacunado mientras por las redes sociales el clamor de la población es un ruego que llega al cielo, pidiendo que se permita la entrada de las vacunas.

 

  Los políticos se rasgan las vestiduras anunciando, unos, que han autorizado dichas vacunas, otros que lo niegan, y otros más, que existen impedimentos para su entrada. Mientras las escasas cantidades que han sido autorizadas, sirvieron para vacunar a la llamada ‘nomenklatura’ del Estado, con el presidente a la cabeza, militares de alto rango, políticos y personas cercanas al poder. El resto, la población más expuesta y de mayor riesgo, ancianos y personal sanitario de primera línea, tienen que lidiar en los hospitales, mal dotados y con una infraestructura en malas condiciones, con el doloroso saldo de poco más de 400 médicos fallecidos y otros cientos más, del área sanitaria en general, que han muerto por la precariedad de equipos de bioseguridad y falta de vacunas para su inmunización.

 

Esta dantesca realidad que exponemos es consecuencia de la intromisión de políticos, sea del bando que sea, militares que actúan fuera de su ámbito y hasta empresarios que sugieren soluciones, mientras las opiniones de profesionales y especialistas en el tema de la pandemia y cómo tratarla, se los deja a un lado actuando bajo orientaciones del poder político, militar y económico. Pareciera que el personal sanitario solo debe actuar únicamente dando diagnóstico y atendiendo al enfermo. De resto, las directrices fundamentales de orientaciones científicas y técnicas, que son la base para enfrentar la pandemia, se dejan en las manos de improvisados políticos, militares y empresarios, quienes de manera marginal y con mentes obtusas, y con el autoritarismo y la arbitrariedad que les caracteriza, siguen tomando decisión tras decisión desacertada, con el saldo diario de infectados y fallecidos.

 

  Desde hace meses la Federación Médica Venezolana, la misma Academia de Ciencias y la organización de Médicos sin Fronteras Venezuela, han indicado, razonadamente, lo que debe y lo que no se debe hacer en Venezuela en materia de pandemia, contagio y tratamiento del virus chino y sus diferentes variantes.

 

  La experiencia de las instituciones venezolanas en materia epidemiológica y sanitaria ha sido ofrecida de manera pública, incluso, especialistas de reconocida trayectoria internacional han manifestado lo que debe hacerse para enfrentar esta grave enfermedad y sus complicaciones. La población venezolana ha sido estudiada desde hace décadas y se llevan registros del comportamiento biopsicosocial por estrato poblacional. Hay especialistas que incluso estudian estas y otras enfermedades y su vinculación con las áreas de mayor riesgo, relacionadas también con la ingesta alimentaria. En fin, de lo que se trata es dejar que los especialistas en el tema tengan libertad, tanto para dedicarse con los implementos especiales que el caso amerita, como también se les permita asumir técnicamente las decisiones profesionales, que obedezcan estrictamente a razones humanitarias y de solidaridad con toda la población venezolana. 

 

  Sobre ello es imprescindible acotar que el único documento, si es que el caso lo amerita, para ser vacunado es exclusivamente la tradicional ‘cédula de identidad’, vigente o vencida. Salvo esto, cualquier otra identificación resultaría, evidentemente, una violación del derecho humano a la vida, por discriminación y exclusión.

 

  Mientras siguen los enfrentamientos y las discusiones entre el liderazgo del poder en Venezuela, con la realidad de una población desguarnecida y con los centros de salud saturados, todos los días continúa el aumento de los contagios y el terrible número de fallecidos por una pandemia que técnicamente puede ser controlada por verdaderos profesionales y no por improvisados políticos, militares y empresarios jugando a ser médicos.

 

(*)  camilodeasis@hotmail.com   TW @camilodeasis   IG @camilodeasis1