domingo, junio 22, 2008

poemas cotidianos


dos y media de la madrugada


hay una hora del día cuando todas las puertas se cierran
entonces todo se hace una densa negrura
no está tu voz
ni tu rostro de nácar para darme la bendición

madre

atrás quedaron las risas entre tristes despedidas
verte partir
cansada de lidiar con esta vida
atrás quedaron los tiempos cuando me lavabas las manos
de la inocencia
untabas mi pecho en rosados e intensos olores
y era tu calor debajo de tu brazo alado
donde ocultaba mis miedos
mi asma

madre

atrás duerme la ilusión de vivir
delante queda este trecho cercano
vecino
el paso siguiente a mi destino

sólo tu voz detiene esta decisión de partir

martes, junio 10, 2008

púdico erotismo


abandono



la semiluz de este bar
es la celda del monasterio
mientras rezo mi abandono
la meretriz regordeta y blanca
frota sus muslos en mi pierna
y siento el goce
la plenitud entre las risas
mirada húmeda y lasciva
manos que buscan una horrorosa copa
adornada con lacitos y llena de guarapita roja

mi amigo
lleno de cerveza y nostalgia
se enreda en la azabache cabellera

toda palabra se aquieta en largos sorbos de cansancio
como en las plegarias de mi celda
llenas de tristeza
y compasión

lunes, junio 09, 2008

púdico erotismo


lascivia


miro a esta mujer que me habla
-las puntas de sus senos aterciopelados
abren su blusa
verde manzana
me masturba sus sonrisa
su mirada en celo que me alcanza

intercambiamos números telefónicos
y direcciones de correos

me dice que la llame
(-en su otro discurso sé que no soporta
la intensa soledad
ni el mundo de apariencias)

mientras habla me la imagino
tendida en la cama
suplicando que le pierda el respeto
acaso que le toque ese lado oculto
donde la perversión ilumina su otro borde
húmedo y lascivo
incrustado en la libertad de la roja cabellera

miro a esta mujer toda comedida
mientras me presenta a su esposo
de semblante opaco
y lleno de brillo artificial

después se despide
sus labios se entreabren
como dos líneas separadas
en el abismo del deseo
dejando en sus huellas
el trazo carmesí
de un perfume francés