viernes, julio 06, 2012

Tacones altos

De origen incierto los tacones o tacos en los zapatos fueron usados inicialmente, hace más de 11 mil años, por los jinetes en el Asia central quienes los fijaban, debajo del talón, a sus botas de cuero para tener mejor visión y equilibrio en los combates y justas de caballerías. En el antiguo Egipto y posteriormente, la Grecia imperial, hace más de 3500 años, los carniceros solían colocarle a sus sandalias de cuero crudo, unos pedazos de madera debajo del talón para evitar ensuciar los pies con la sangre de los animales sacrificados. Ese uso utilitario fue extendido hasta las jerarquías del Estado. Sacerdotes, reyes y nobles usaron esa indumentaria como símbolo de distinción y categoría. Pero fue en la era del llamado Rey Sol, Luis XIV, cuando el soberano francés instruyó a su artesano para que le diseñara todo un nuevo atuendo de ropas que incluía el uso de zapatos con tacones. Además de aumentar su tamaño los tacones eran pintados de rojo, símbolo este del absolutismo que ostentaba el monarca. Nadie podía usarlos, y la prohibición podía llevar incluso, pena de muerte a quien osara transgredirla. Los siguientes reyes, Luis XV y Luis XVI, coparon todo el siglo XVIII luciendo zapatos, zapatillas y botas de tacón alto. El uso generalizado de los tacones en los zapatos se acentuó a partir de la segunda mitad del siglo XIX donde las mujeres privilegiaron el uso de este calzado. Además, las nuevas tecnologías, como el cinematógrafo, sirvieron para difundir su uso entre bailarines y actrices. En la actualidad los zapatos de tacones altos se presentan en versiones y medidas disímiles que van desde aquellos de menos de 5 centímetros (bajos), los de más de 6-7 centímetros (medios) hasta los que superan los 8,5 centímetros (altos). Pueden contemplarse estas obras de arte utilitario en varios museos y centros de la moda, como en Montreal o Nueva York. Pero, qué hace de este atuendo un símbolo de la mujer moderna. Por qué llama tanto la atención, sea de mujeres como de hombres. Quizá la respuesta esté en la fascinación, el poder que oculta y su variedad y capacidad de adaptación a los tiempos y circunstancias de la vida. Es un objeto fálico por excelencia. Sobre manera el denominado tacón de aguja, usado por fetichistas para prácticas sadomasoquistas. Investigadores y estudios de este objeto han señalado que el uso del zapato de tacón alto beneficia la actividad eléctrica en los músculos pélvicos de las féminas. Además, se ha demostrado que la postura hacia adelante hace elevar y endurecer los glúteos, flexionar cadera y cintura y arquear la columna, con lo cual se aumenta la estima en quien los lleva, así como la tendencia a sentirse observada mientras camina, dando a las piernas la sensación de alargamiento. En esto del pavoneo de los zapatos con tacones altos las holandesas, por estadística, resultan las más propensas a su uso. Pero mientras los diseñadores elevan los centímetros de los tacones hasta alturas nunca vistas, médicos y especialistas en ortopedia, traumatología, al igual que psicólogos, neurólogos y psiquiatras advierten de los riesgos que conlleva la costumbre de usar zapatos con tacones excesivamente altos. El uso continuo de este objeto de arte utilitario no permite el trabajo del músculo tríceps. Esto trae como consecuencia que se obstaculice el flujo de la circulación sanguínea periférica, ocasionando trastornos en la columna vertebral que desembocan en estados de esquizofrenia, además de maltrato a las rodillas y hasta juanetes y callos. De todas maneras, el uso de tacones altos en la mujer actual es parte de sus objetos más preciados y por nada del mundo cederá esta conquista que le tardó siglos obtener. “Primero muerta que mal arreglada”, reza el dicho. Y en esto de locuras y extravagancias Imelda Marcos, la otrora poderosa primera dama en la Filipinas del dictador Ferdinand Marcos, superó con creces a todas las “taconeadoras” al acumular una posesión de más de mil pares de zapatos mientras por las calles de Manila, más de una mujer caminaba descalza. (*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis

3 comentarios:

Sandra Castillo dijo...

"Antes muerta que sencilla" por ello nunca me bajo de mis Tacones Altos! El glamour y el fashion ante todo! Me encantó tu artículo!
Saludos y gran abrazo!
Sandra Castillo

Juan Guerrero dijo...

Qué bien, Sandra. Celebro tu glamur. Espero estés mejor. Abrazos de siempre.

roger vilain dijo...

Ja. Sandra pasea su glamour por los pasillos y esquinas de la universidad y vale, lleva las riendas de esos cíclopes inmensos que son sus zapatos de tacón alto con maestría inigualable. ¡Arriba la última moda!, sin duda. Un abrazo, Juan, y otro para Sandra.