viernes, julio 29, 2011

Universidad y pensamiento conservador


Qué propone y (sobre todo) qué hace la universidad por una sociedad mejor? Nada. Josu Landa. Miseria de la universidad.


Lo que sigue a este epígrafe de Landa, dice así: “Y aquí es donde puede radicar una de sus más graves amenazas. Porque, una institución que, lejos de superarse, empeora gradualmente, y, para colmo, no se compromete con el destino histórico del país es totalmente indefendible”. A más de veinte años de semejante afirmación la universidad republicana, democrática, autónoma y pública parece toparse de frente con su destino.
Lo más grave no es tanto la tradicional intromisión que los distintos gobiernos del Estado, en diversas épocas de la historia universitaria, han intentado hacer con los asuntos de la universidad. Lo delicado es la creciente parálisis de una academia (investigación, extensión y docencia) que no parece tomar en cuenta las reales necesidades de una sociedad que a gritos reclama de la universidad y los universitarios participación proactiva, verdadera y solidaria en su desarrollo como comunidad integral, integrada e integradora.
Ha habido (-cada vez es menor) participación de universitarios en la gestión comunitaria, en la concreción de proyectos tangibles; pero la universidad venezolana, como un todo y en sí misma, es un desecho académico de ideas conservadoras y decadentes. Apenas un ejemplo: el área académica de investigación en la práctica realiza proyectos que responden generalmente a un interés individual (-de quien propone y ejecuta el proyecto) y no institucionales y menos comunitarios. De esta manera se pueden apreciar una serie de muy buenos proyectos, la inmensa mayoría financiados con dineros que aporta el Estado, que van a promover ideas individuales, personales o en el mejor de los casos, grupales (centros de investigación). Desde el punto de vista del interés social esta serie de investigaciones pocas veces parten de la indagación con el entorno social. Repito, es raro, extremadamente raro que un investigador se plantee iniciar un estudio a partir del entrelazamiento de sus ideas con la contrastación y constatación de la experiencia comunitaria. Esto, obviamente, tiene una razón de ser: la visión del denominado fenómeno de investigación. Y esta simple cuestión responde a un modelo filosófico-ideológico y de praxis política donde el universitario ve al mundo (e indudablemente a los seres humanos) como un objeto y no como sujeto. Esta mirada deviene razón ideologizante (razón y mirada positivista y neopositivista) que no podrá superarse mientras en las teorías de investigación se adiestre al investigador para que asuma al Otro como instrumento de uso.
Por esta y otras razones, en la universidad republicana, democrática, autónoma y pública las investigaciones deben ser siempre institucionales. Deben responder a necesidades del entorno comunitario. La razón: las investigaciones de carácter institucional-comunitario obligan a pensar y generar esfuerzo intelectual y físico, permanente indagación en el entorno industrial, empresarial, sociosanitario, cultural, deportivo, entre tantos sectores necesitados y urgidos de asesoría académica integral, integrada e integradora.
No creo que la crisis actual de la universidad se resuelva tan sólo con el aumento de su presupuesto ni menos con una discusión de claustro sobre su autonomía, que también debe adecuarse a la realidad. Porque la autonomía no es sólo de carácter territorial. La universidad es mucho más que una hectárea de terreno. Es, sí, de territorio cerebral, intelectual y de compromiso comunitario.
Casi de espaldas a la sociedad la universidad es un fantasma académico que a nadie asusta ni interesa. O sí, como dice Josu Landa: “Una universidad indefendible es, precisamente, la víctima potencial que andan buscando los hipócritas “reformadores” de siempre (para no reformar nada, por supuesto) pues, no pueden hacerlo los portadores de los mismos vicios que han hundido históricamente a la universidad en el caos“
(*) camilodeasis@hotmail.com twitter@camilodeasis

3 comentarios:

roger vilain dijo...

Ni tan calvo...ni con seis pelucas.
Un abrazo, viejito, me brindas un café y conversamos. Saludos.

Juan Guerrero dijo...

Gracias por leerme, Roger. Te brindo el café cuando nos veamos en Pto Ordaz. Saludos desde Barquisimeto.

roger vilain dijo...

Claro, viejito. Al llegar oprime esos botones y marca mi número telefónico. Un café, un tabaco, una buena conversa a las cinco en punto de la tarde. ¿Te parece? Abrazos desde mi atalaya.