domingo, enero 20, 2008

poemas cotidianos


dos y media de la madrugada


hay una hora en la noche cuando todas las puertas se cierran

entonces todo se hace una densa negrura

no está tu voz

ni tu rostro de nácar para darme la bendición


madre


atrás quedaron las risas entre tristes despedidas

verte partir

cansada de lidiar con esta vida


atrás quedaron los tiempos cuando me lavabas las manos

de la inocencia

untabas mi pecho en rosados e intensos olores

era tu calor debajo de tu brazo alado

donde ocultaba mis miedos

mi asma


madre


atrás duerme la ilusión de vivir

delante queda este trecho cercano

vecino

el paso siguiente a mi destino


esta madrugada

tu voz detiene mi decisión de partir




I


no es el amor lo que sostiene hoy mi vida


este tedio húmedo y silencioso


esta cotidiana manera de existir

más allá de lo imposible




VI

sólo la demencia

-memoria solitaria


colma el desvelo de este amanecer




VIII

donde voy es un lugar

sin regreso posible


todo regreso supone otra vida


estoy cansado de vagar



X

he andado y desandado

inútilmente


he pronunciado tu álmico nombre


en esta vida en este instante


sólo el silencio te nombra


1 comentario:

alma dijo...

Todo el que es buen hijo, es buen esposo, padre y amante...T.A.