sábado, junio 23, 2012
Hablar en positivo
Cierta vez escuché en uno de esos programas de Nuestro Insólito Universo la experiencia vivida por unos periodistas, en una ciudad de los Estados Unidos de Norteamérica, quienes se dedicaron durante un mes a presentar toda la información con una tendencia hacia lo que denominaron el sentido positivo de presentar la noticia. Esperaban que los lectores se ocuparan un poco más de reflexionar sobre las notas referidas a los sucesos cotidianos en su ciudad. Sin embargo, lo que llamó poderosamente la atención fue la avalancha de personas que día a día se incorporaban como lectores y lo más insólito: el periódico aumentó considerablemente sus ventas.
La experiencia vivida, aunque fugaz, nos indica que existe en los seres humanos una tendencia natural para informarse siguiendo una tendencia a la visión positiva de los hechos.
Después de un mes de presentar las noticias con criterios positivos, se siguieron estudios sobre algunos casos, que dieron como resultado la tendencia en esos lectores a ser más proactivos, reflexivos, más críticos, analíticos y comprensivos sobre las situaciones de la administración pública en sus comunidades.
Mencionamos esta experiencia porque nos parece importante indicar la tendencia, cada vez más acentuada de la prensa nacional y regional, donde los periodistas y casi todos los articulistas, le dan un tratamiento a la información para acentuar los rasgos negativos en la información que tienen a su disposición.
Se tiende a olvidar, o al menos no considerar, la capacidad dialéctica que permite extraer de un análisis aquellos indicios que posibiliten salidas concretas a una problemática, bien social, económica, de salud, educativa, entre un abanico de padecimientos del venezolano.
Ciertamente existen situaciones riesgosas, como la creciente inseguridad, los altos niveles de pobreza, de subalimentación en la población infantil. Pero también es cierto que el ser humano, y los venezolanos lo somos, está capacitado para sobreponerse a las calamidades y demostrar en la práctica lo que es: individuo dotado de inteligencia, capacidades y habilidades.
Por eso siento una infinita comprensión cuando veo algunos connacionales empezar desde lo más elemental para construir sus viviendas: barracas de cuatro palos y cartones con techos de bolsas plásticas. Después le montan zinc, más tarde se ve una pared de ladrillos. Otro día una cerca con palos y alambre de púas. Tiempo después otra pared y una ventana y una puerta de tablas, y así hasta que al paso de unos años ya es una casa.
No justifico las invasiones ni estas prácticas de elementalidad. Me interesa reflexionar sobre las capacidades, las habilidades de estos venezolanos. Lástima de no tener un Estado que les oriente para ser más eficientes en su progreso humano.
En estos días terribles, grises y quejumbrosos la única salida que nos queda es creer en nuestras infinitas posibilidades para solucionar nuestros problemas
Nosotros siempre hemos sido capaces para salir adelante y construir una sociedad más justa y humana. Las soluciones jamás vendrán del exterior. Ellas siempre están y se ven más cerca desde el fondo de nuestros saberes y desde nuestra Tierra de Gracia.
Esto es lo que somos y lo que tenemos. No hay otra salida sino continuar adelante, cada quien asumiendo su responsabilidad como de extraordinaria importancia. Desde esta perspectiva resulta tan importante la posición de jefe de gobierno del Estado como la de barrendero. Tan importante es el trabajo que haga el gobernador de un estado como el que asume la secretaria de personal o la señora que sirve el café o el bedel de una escuela rural.
La tierra donde se vive es parte de nuestro ser, por eso debemos extender un poco más nuestro sentido del trabajo y orientarlo con visión de mística y vocación de servicio comunitario. En esto último se han basado las sociedades modernas y los estados económicamente fuertes para desarrollarse integralmente.
Los venezolanos somos capaces de transformar esta situación de negatividad que ronda nuestras cabezas en actos positivos, que en la práctica nos permitan encontrarnos. Nos conocemos, sabemos cómo pensamos. Es importante y urgente vernos, re-conocernos en nuestra sencillez de almas nobles, solidarias, ganadas siempre para las causas más nobles.
Lo que fuimos apenas ayer, cuando salieron nuestros antepasados en gesta libertarias lo tendremos que volver a demostrar, siempre que sea necesario, como ahora, para encontrarnos en un solo corazón, un solo abrazo que nos termine de hermanar, aún sabiendo que podemos pensar diferente, aún estando en la divergencia de acciones y visiones de mundo. Pero no hay otra salida sino esta de creer en nosotros.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
sábado, junio 16, 2012
Yo también soy
Al mirarnos uno al otro, dos mundos distintos se reflejan en nuestras pupilas. Bajtín. Yo también soy.
Alguna vez leí que en ciertos pueblos del África cuando uno de sus miembros era sentenciado por una falta grave, le condenaban a la soledad y le hacían desaparecer progresivamente de entre la comunidad, utilizando un método eficaz, como era condenarlo al total aislamiento: nadie le dirigía la mirada ni la palabra. Así, el condenado se iba aislando gradualmente hasta que terminaba, o yéndose a otro lugar o volviéndose loco o suicidándose. Nadie le reconocía como igual. Pero todavía más, nadie le otorgaba sentido de existencia.
Esta era una manera bien elegante de desterrar, de sentenciar y condenar a quienes realizaban actos impropios contra los miembros de la comunidad.
Por su parte los romanos eran un poco más benévolos. A los traidores y corruptos les permitían participar en la vida social, sin embargo cuando se encontraban con éstos, les alargaban la mano para saludarles pero a la vez le volteaban la mirada, en señal de desprecio.
Esto que indicamos viene a colación en razón de una lectura sobre Mijaíl Bajtín (1895 – 1975), filósofo ruso del lenguaje, quien poco ha sido leído por las nuevas generaciones y menos aún en nuestra sociedad. Bajtín adelantó las reflexiones argumentativas que introducen en los estudios modernos sobre las ciencias del lenguaje, el sentido ético-estético sobre el cual somos capaces de existir, en la medida que somos reconocidos por el Otro, a través del lenguaje. Pero este reconocimiento de quien somos y lo que somos, viene dado a partir de la posibilidad cierta de que el Otro nos da existencia en la misma medida que es capaz de aceptarse como tal.
Bajtín afirma que “todo lo que se refiere a mi persona, comenzando por mi nombre, llega a mí por boca de otros (la madre), dentro de su tono emocional y volitivo. Al principio tomo consciencia de mí mismo a través de los otros: de ellos obtengo palabras, formas, tonalidad para la formación de una noción primordial acerca de mí mismo”.
Lo que somos como existencia se debe a la potencialidad del otro para reconocernos como seres humanos. No hay entonces posibilidad alguna de existir fuera del ámbito del otro. Nuestros actos, nuestras relaciones están marcadas por las huellas que el otro traza delante de nosotros. En esa paradoja del reconocimiento entra en juego la diferencia de vernos, no tanto iguales como distintos. Por lo tanto, existe desde el mismo momento del reconocimiento, un acercamiento desde el lenguaje que nos marca como esencialmente diferentes y por tanto naturalezas contrarias que se complementan en sus matices.
La mayor dimensión de nosotros la tiene precisamente el otro porque existe, tanto fuera de nosotros como al mismo tiempo dentro de nuestro ser. Así, una de las ideas de mayor relevancia en el pensamiento bajtiniano se refiere a la visión del acto del reconocimiento del otro a través del lenguaje como acontecimiento moral de una estética que nos define a partir del otro.
En estas ideas sobre el reconocimiento de nosotros por el otro, Bajtín propone una ética comunicativa a partir del aporte de una consciencia que se hace tal por el encuentro dialógico que asume consciencia de sí, merced a la aceptación de otras que existen y se reconocen en la búsqueda de verdades. Pues la verdad no existe ni se aloja en una sola consciencia.
El aporte de este filósofo al lenguaje da sentido y permite la absoluta existencia y plenitud a las minorías étnicas, como las indígenas, tan relegadas por las comunidades de países que hasta hace pocos años se decían superiores.
Otro de los aportes del pensamiento bajtiniano se debe al sentido amoroso del acto comunicativo, a partir del reconocimiento de nosotros mismos a través de la palabra, como acto esencialmente amoroso y de plenitud trascendente. Por ello Bajtín encuentra en la palabra, además de una construcción para comunicarnos, la función básica de nutrición espiritual que da sentido a todo aquello que abordamos como hecho de creación estética. Existe entonces en nuestras palabras una potencialidad de relación ético-estética que permite afirmar que todo acercamiento con el otro es un momento único e irrepetible: sucede una sola vez.
Por eso todo acercamiento debe asumirse desde el ángulo de la más delicada atención donde la amorosidad de nuestras palabras, posibiliten el desencadenamiento de un proceso dialógico que nos permita continuamente reconocer al otro mientras él nos reconoce y da sentido a nuestra existencia, multiplicando al infinito nuestra esencia éticamente comunicativa.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
viernes, junio 08, 2012
El armón
Es un carruaje que se usa de base para el transporte de cañones. De antigua data, sin embargo, también es usado para soportar otros pesos, como féretros y mortajas donde se colocan los cadáveres de personajes, generalmente hombres y mujeres que, por creencias y prácticas, sean religiosas, militares o políticas, se les distingue.
El armón está listo. El último jefe de Estado venezolano que lo usó fue Juan Vicente Gómez. Los preparativos han sido siempre algo dejado a los militares, quienes saben cómo armar esos carruajes mortuorios y engalanarlos con cadetes a su alrededor. Los caballos también serán vestidos con ornamentos vistosos de dorados arneses.
Todo da una semblanza luctuosa y excepcionalmente majestuosa del evento que se avecina. Para ello, el protocolo que se intenta practicar supone la participación de una misa ecuménica donde participarán los más altos representantes de las religiones que hacen vida en el país. Solo la iglesia católica está medianamente renuente pues considera a los paleros, yorubas y esotéricos, como sectas.
Sin embargo, no se perderán de asistir a tan histórico evento. Tampoco los ciudadanos, unos por apoyar la causa oficial y otros, para cerciorarse de que sea él en verdad quien está en el féretro. Pero ciertamente que será un acontecimiento único en la historia reciente venezolana.
Estemos de acuerdo o no, ha sido más de una década marcada por un venezolano que será recordado como el hombre que despertó a la población de un peligroso letargo político y que además, empujó a la mitad de la población, las mujeres, a un protagonismo donde ya es imposible desconocerlo.
Haber invertido la visión de Estado, otorgándole protagonismo al contenido social sobre lo económico, es un hecho que involucró el reconocimiento de inmensos sectores de la población que por años habían sido excluidos. Ese rostro del venezolano, visible ahora, ya no podrá ser ocultado oficialmente.
Queda ahora la sentencia de la Historia. El rigor del análisis y la evaluación sin emocionalismos, de estos años marcados por la intransigencia, el autoritarismo y el sectarismo de quienes, obligados por los acontecimientos del día a día, pudieron ofrecer más y mejor calidad de vida a los ciudadanos.
Quizá estas y otras reflexiones harán quienes acompañen el armón y sientan, mientras los caballos arrastran en féretro, los ecos de una voz recia, que se sintió en una madrugada, anunciando el “por ahora” de un ser complejo, difícil, terco, autoritario, pero al mismo tiempo extraño y similar a nuestro carácter.
Por ello siempre hemos afirmado que su imagen representa a cientos de miles de millones de personas que se comportan actitudinalmente igual a este venezolano.
Acompañarlo hasta su última morada debería suponer también, sepultar y superar nuestras pequeñeces, nuestros resentimientos y nuestras miserias para acceder a un nuevo destino. La respuesta está en la individualidad y la capacidad para saber convivir y compartir solidariamente, más allá de nuestras diferencias.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
viernes, junio 01, 2012
¡Otro rostro!
Los últimos años han sido de particular invasión de la política, los políticos y sus partidos en la vida del venezolano. Esta actividad ha traído la participación de inmensos conglomerados humanos de muy dispares criterios, creencias y posturas.
Tanto así que la acelerada participación de mujeres y jóvenes le ha dado a esta práctica un interés e importancia que no tenía hace apenas 20 años.
Considero que la participación de la mujer ha sido el aporte más significativo de la política en la sociedad venezolana. Sin embargo, esta práctica comienza a saturarse por la propia dinámica de las comunidades y por las necesidades de los ciudadanos quienes paulatinamente sienten en su privacidad, la invasión de este síndrome en lo que ha devenido la política en Venezuela.
Como sinónimo de confrontación, disparidad, maltrato y picardía la política y sus practicantes son vistos con recelo, temor y duda por quienes deseamos vivir sin tanta zozobra, en paz, tranquilidad y armonía.
Visto lo anterior y ante tanta mugre política, discordia y negatividad, muestro ese otro rostro, esa otra sociedad que continúa en la constancia de la vida de todos los días, construyendo el país posible, verdadero, sin la intromisión de la política y sus ejecutores.
Por estos días supimos de la existencia de un adolescente, José Ángel Salazar (14 años) quien ha sido nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Nueva Esparta. Con este nombramiento, Salazar se convierte en el director de orquesta más joven del mundo.
Tenacidad, años de estudio y práctica de esta disciplina le han posibilitado a Salazar, a tan corta edad, acceder a una posición tan distinguida y obviamente, de orgullo para sus conciudadanos.
Esta distinción se suma a las ya conocidas del director de orquesta Gustavo Dudamel (1981) quien en 2004 obtuvo el Primer Premio del concurso de dirección Gustav Mahler. El maestro Dudamel es en la actualidad director titular de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, la Sinfónica de Gottemburg, y de la Sinfónica Simón Bolívar. Tres de las más prestigiosas orquestas de música clásica del mundo.
A esta constancia del esfuerzo académico agregamos el virtualismo de otro joven maestro venezolano, Diego Matheuz (1985) formado en el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, con más de 250000 mil niños y jóvenes, durante más de 35 años de actividad ininterrumpida.
Matheuz es el director principal de la orquesta de uno de los teatros más emblemáticos de Europa y particularmente de Italia: El legendario teatro La Fenice, de Venecia.
Pero si esto fuera poco, hace apenas unos días supimos de la designación de otro venezolano, el doctor Rafael Reif quien después de permanecer 8 años como rector fue elegido presidente del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusett (MIT, por sus siglas en inglés). El MIT es considerado el centro académico de investigación más importante del mundo.
Estas personalidades de prestigio universal han llegado a esas posiciones por esfuerzo personal, apoyo familiar e institucional y constancia y práctica diaria en sus respectivas áreas.
Ellos continúan el tránsito de otros insignes venezolanos, como Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez, Alejandro Otero y Juvenal Ravelo, del movimiento cinético universal. También Carolina Herrera y Ángel Sánchez, en el difícil y competitivo mundo de la moda y el diseño.
Son nombres de apenas unos cuantos venezolanos que se unen a los cientos de millones de ciudadanos quienes diariamente, bien de manera individual o colectiva, son el soporte de la cultura nacional, sin mayor interés que el deseo de vivir en un país decente y digno de ser compartido.
(*) camilodeasis@hotmail.com @camilodeasis