viernes, mayo 31, 2013
Opinión pública
El venezolano de este siglo XXI es un ciudadano profundamente politizado. Es su marca más visible, junto con una manera absolutamente informal de comportarse.
Esto orienta a una práctica de argumentaciones donde se intenta pasar toda conversación por el tamiz del maniqueo y trillado oficialismo/oposición.
La reflexión cotidiana del venezolano, cargada de informalidad, asume una postura individual, con una carga de emotividad que impide visualizar los grises, esos puntos neurálgicos de la problemática general y sus particularidades que nos afecta a todos, seamos rojos o azules.
Políticamente hablando, en la Venezuela actual nadie es imparcial y menos en el ámbito de la opinión pública. Mantenerse en silencio es poco menos que cobardía y sumisión frente a la devastadora realidad, cargada de violencia, sea intrafamiliar, laboral o del Estado.
Bueno que el ciudadano sepa desenvolverse en aguas turbulentas y aprenda a discernir y tomar decisiones sin verse forzado a decidir por imposiciones de terceros ni menos, por mordazas, tipo línea editorial de algún dueño de medio audiovisual o impreso, ni mucho menos por un “bozal de arepa”.
Difícil la situación actual para opinar sobre asuntos vinculados con el régimen que se mantiene en el poder del Estado venezolano.
Difícil entender también la manera cómo este régimen acelera el entierro del chavismo para imponer un nuevo esquema de relaciones con sus adeptos. Mientras se soporta en una débil, sesgada y fracturada militancia, busca fortalecerse en los esquemas autoritarios del militarismo.
Además, al asumir el control sobre los medios audiovisuales en casi su absoluta totalidad, bajo el pretexto de controlar la violencia sobre programaciones abusivas a niños y jóvenes, establece un cerco comunicacional en todo el ámbito nacional donde será prácticamente imposible mencionar una sola frase, sin el temor de ser escuchada o leída por el censor, y tomarla como excusa para prohibirla.
La lucha será a partir de ahora un enfrentamiento directo entre el régimen, a través de sus instituciones, y los ciudadanos, pues los comunicadores sociales, llamados comúnmente periodistas, también forman parte de la sociedad. Ya no será una censura contra las plantas televisoras y radiodifusoras, tanto nacionales como regionales. A ellos se les unirán los medios impresos y los medios modernos, como Twitter y FaceBook. En estos dos últimos es donde se encuentra el grueso de una población que está directamente vinculada con la información que se genera segundo a segundo. Esa que se conoce, lee y observa sin editarse.
Por años muchos países se vanagloriaban de mantener a sus ciudadanos controlados a través de la censura a los medios tradicionales. Pero en años recientes ocurrieron hechos que pusieron a temblar gobiernos y muchos de ellos se tambalearon y cedieron. Caso concreto de varios países árabes, como Egipto, Marruecos y Túnez. Gracias a los medios cibernéticos los ciudadanos se mantuvieron informados y en su momento, pernoctaron en las plazas hasta que su presión en las calles hizo desaparecer esos regímenes escandalosamente infames.
Sabemos que el régimen autoritario y militarista entronizado en el Estado venezolano pronto comenzará una dura penetración para controlar los medios cibernéticos y con ello, censurar a los usuarios quienes constantemente criticamos a este inepto e inescrupuloso sistema que maltrata y ofende la dignidad del venezolano.
No es cierto que el ciudadano venezolano esté ajeno de sus responsabilidades como integrante de la sociedad y su participación en la vida del Estado. Por el contrario, está absolutamente involucrado, sea del bando político que sea, en todas y cada una de las actuaciones del régimen y sus opositores. Solo que se le impide su decisiva participación, se le aparta y ahora, se le cercena su derecho a estar informado al momento, viendo y escuchando, sobre las noticias que este régimen no desea que se sepan.
El ciudadano venezolano es una persona perceptiva, comunicativa, que genera y comparte información. Sabe por experiencia que los regímenes cuando comienzan a establecer controles sobre la vida cotidiana, sobre el hacer del día a día, se debilitan y corrompen. Entonces sabe que debe acelerar su participación para que cambie su maltrecha y vulnerable realidad, cargada de injusticia, ultraje y vejaciones a su condición humana. Una de sus estrategias es el chiste, la burla, la chanza y el humor a quienes representan el régimen. Ahora viene la carga más potente, el reclamo puntual, serio, objetivo y el rechazo que día a día aumenta y se generaliza.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
¡Croac, croac!
Por estos tiempos tener dignidad, principios y virtudes es poseer una veta de oro entre las manos.
La grabación escuchada donde se aprecia la aparente voz de Mario Silva, presentador de televisión y connotado defensor del régimen, no nos sorprende más allá del agregado que trae saber que para sus oyentes de medianoche, era una creíble voz por donde hablaba, de vez en cuando, Hugo Chávez.
En su momento hubo otras denuncias, las que hicieron Aponte Aponte y Velásquez Alvaray. Tristemente no pasó nada!
Esta puesta en escena de Mario Silva trae un agregado que sí debe estar haciendo ruido, y mucho, entre la dirigencia del Psuv y el gobierno. Lo decimos porque este operador político tiene credibilidad entre la denominada “tropa” chavista. Por años ha sido la voz oficial del difunto presidente, a quien las bases obedecían rodilla en tierra.
Comienza a causar un terremoto emocional entre quienes seguían a pie juntillas las reflexiones sesgadas de este personaje que, por lo afirmado en la grabación, responde más a un gobierno extranjero que a sus pares en el gobierno.
Triste por quienes desde hace años creían que lo dicho en su programa respondía a lineamientos directos del comandante supremo. Ahora se percibe un silencio sepulcral, un lloriqueo íntimo y una rabia contenida en los cientos, millones de convencidos chavistas, que desde la soledad de las casas del Psuv en todo el país, no saben a quién seguir.
Eso ocurrió cuando la debacle de Acción Democrática y Copei, y después con el llamado “chiripero”. Gente que quería creer y seguir a un líder y de la noche a la mañana se vieron en la total horfandad., desilusión, desprecio y soledad.
Esta gente, la misma gente que por años militó en los viejos partidos son estos venezolanos defraudados quienes cargan ahora con su cruz a cuestas. Un pesado fardo donde están las deudas por cancelar, los préstamos, la escasez de alimentos, y una inmensa, descomunal inseguridad, tanto personal como financiera, sociosanitaria y educativa.
La realidad de estos venezolanos, los más humildes, los siempre desamparados, junto con sus leales dirigentes de base, es que andan sin saber qué hacer. Sus flamantes líderes del gobierno y del Psuv se han desdibujado y otros comienzan a diluirse, camuflajearse. Incluso algunos tienen a sus familiares fuera del país a buen resguardo.
Habría que anotar además, no sé a favor o en contra de quién, que mientras se escuchaba la grabación –por casi una hora- el gobierno no interrumpió el programa y además, Conatel ni se inmutó cuando el denunciante dejaba salir su ejercicio coprolálico en horario “todo usuario”. Para más conmoción, al descalificar a sus propias camaradas, -como Cilia Flores- deja entrever un desprecio por la inteligencia de la mujer venezolana, en una clara muestra de su misoginia, trasmutada quizá por el otro senil barbudo comandante y mentor ideológico.
De este ejercicio de un hacer político, donde ambos bandos tienen mucho que perder, queda un sabor amargo entre los ciudadanos moralmente sanos, formados en la tradición de la cultura del respeto al semejante, quienes no podemos aceptar ni ser partícipes de un río de lodo y estiércol, donde unos pocos quieren arrastrar a la mayoría de ciudadanos decentes de este maltrecho país.
Es odioso, denigrante y una manipulación tener a gran parte de la opinión pública nacional por casi dos días esperando una declaración, para después venir a presentar una grabación de voz, para usar la información cual “show” cargado de sensacionalismo. Eso es políticamente una irresponsabilidad para con los venezolanos serios y moralmente formados.
Es tiempo de insistir, insistir y volver a insistir –hasta más allá de la saciedad- que es urgente diseñar un sistema educativo que forme a venezolanos en valores, principios y prácticas de vida, que incluyan a todos.
Hemos afirmado –desde mediados de los años ‘80s- sobre la gravedad de deslizarnos en una convivencia social signada por la marginalidad. Eso ocurrió y ahora todas las instituciones del Estado son parte de esa aberrante práctica. Y me refiero no a la marginalidad alimentaria, sí a la más grave: la mental, esa de la consciencia. Quizá las universidades sean todavía los pocos, escasos reductos donde la dignidad y pasión por la búsqueda de la verdad, sean horizontes que muchos buscan alcanzar.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
Entre togas y birretes
Los académicos, junto con los intelectuales y los creadores somos la consciencia crítica de una sociedad. Si bien pueden existir algunos de ellos que en momentos se adhieren al gobierno para argumentar falsedades, que no pueden ser soportadas por la razón y la lógica, la consciencia cultural de un pueblo se fortalece siempre por el aporte de quienes sí ejercemos con dignidad este oficio.
Los falsos académicos, los intelectuales colaboracionistas y los comisarios de la creación quedan al descubierto cuando ya no pueden seguir defendiendo lo indefendible y recurren a la mentira y el engaño.
El país decente los conoce y sabe de sus andanzas. Desde hace 14 años a la universidad republicana, democrática, autónoma y popular se la ha querido intervenir para silenciarla. Otros gobiernos optaron por soluciones drásticas y bárbaras, allanando sus aulas y centros de investigaciones.
Desde hace unos años este gobierno mal llamado socialista ha querido intervenirla utilizando una estrategia miserable y del más primitivo fascismo: cercarla presupuestariamente.
La restricción presupuestaria no solo alcanza a los precarios sueldos del personal universitario –servicio, administrativo y docentes- también a la misma esencia del Alma Mater: la investigación, la extensión y la docencia.
Las proyecciones de las universidades más avanzadas en esta materia (ULA, USB, UCV, UDO y UC) indican que de seguir esta restricción presupuestaria, dentro de 5 años ya no será posible hacer investigación de primerísimo orden en Venezuela.
Para 2012 Venezuela descendió del puesto 6 al 7 por debajo de Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Cuba, en el área de investigación aplicada. En nuestro país, de los centros de investigaciones ubicados en las universidades, se genera el 98,7% de la investigación como aporte a la construcción de la sociedad del conocimiento, traducido en proyectos y estudios que se aplican en provecho de la producción nacional.
Por su parte, los aportes para el desarrollo de actividades extensionistas –vinculación universidad con la comunidad- se han reducido a menos del 1% del presupuesto universitario. Eso hace prácticamente imposible generar actividades de acompañamiento con las comunidades, en las áreas socioculturales (deporte, cultura popular, asesorías académicas).
Mientras las áreas de investigación y extensión ven reducidos los aportes del gobierno nacional, la docencia universitaria –de aula, laboratorio y escenarios deportivos y artísticos- apenas sobrevive con el mínimo aporte. Los docentes en la generalidad de las situaciones, tienen que proveerse –ellos mismos o pidiendo colaboración a los estudiantes- para comprar marcadores, borradores y otros insumos pedagógicos.
Estas son, de una manera muy general, las urgencias que en la actualidad atraviesa la academia venezolana. Mencionando además, los riesgos que deben asumir, tanto docentes, estudiantes y el personal administrativo y de servicios, frente a la pavorosa inseguridad que mantiene en zozobra a la comunidad universitaria venezolana. Mencionar ejemplos es rayar en la trivialidad.
El acoso presupuestario del gobierno, acentuado desde hace 5 años, responde a una calculada estrategia para intervenir las universidades sin usar la fuerza bruta del allanamiento militar-policial.
Utilizando el cerco presupuestario está jugando al cansancio y abandono de los docentes, por los miserables sueldos que en la actualidad les mantiene. Es una vergüenza, una vulgaridad y una afrenta a la misma condición humana, como este gobierno fascista, marginal, inepto, corrupto y corruptor, utiliza a miembros de la misma comunidad universitaria, quienes, designados como ministros para el área universitaria, se prestan para servir de ejecutores de una solapada intervención.
Tristemente la mayoría de estos ministros han salido de las aulas de la más prestigiosa y tradicional universidad, la Universidad Central de Venezuela. Duele decirlo, pero es la realidad. Sus mismos compañeros de aula, más de una vez casi les han tenido que suplicar para que atiendan los urgentes requerimientos y evitar las decenas de cierres técnicos que han debido enfrentar la casi totalidad de las universidades republicanas, democráticas, autónomas y populares.
Nada justifica los miserables sueldos y salarios que devengan los universitarios en la Venezuela “bonita” del eslogan socialista del siglo XXI. Los universitarios también somos pueblo que hemos accedido, por sacrificio y empeño, a decantar nuestros saberes. Tenemos derecho a un trato digno, justo en nuestros salarios, así como en el presupuesto para el funcionamiento de nuestras casas de estudio.
Universitario que se mantenga en silencio frente a esta amenaza de intervención, se hace cómplice de este gobierno neoliberal, clasista y fascista.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
Universidad y dignidad
La universidad venezolana, republicana, autónoma, democrática y popular siempre ha sido una institución al servicio de toda la sociedad. Sus aportes representan lo que en la actualidad somos como Estado y nación.
Desde su creación, a mediados del siglo XVIII (1721) se caracterizó por su visión amplia y crítica en la formación de hombres libres al servicio del pueblo.
La universidad venezolana ha contribuido con la construcción del pensamiento científico y tecnológico en cerca del 98% del acervo intelectual del país.
Sin embargo, precisamente por construir un pensamiento crítico, contestatario y pedagógico ha sido vista, por la casi totalidad de los gobiernos que han estado al frente del Estado, como riesgosa a los intereses mezquinos de grupos políticos, militares, religiosos, generalmente autoritarios, ortodoxos y fanáticos.
De esta manera, la universidad republicana, autónoma, democrática y popular ha visto sus aulas ocupadas por sectores militares que allanaron su Alma Mater, bien en la dictadura de Pérez Jiménez o en el gobierno de Rafael Caldera. De igual manera, la creación del Consejo Nacional de Universidades y la llamada Oficina de Planificación del Sector Universitario, fueron estructuras impuestas para restarle autonomía presupuestaria y académica a la universidad venezolana.
Ahora se pretende allanar a las universidades al otorgar el mínimo presupuesto para su funcionamiento. Presupuesto que apenas sirve para cancelar nómina de personal y servicios, como electricidad, telefonía, agua, transporte y comedor para estudiantes.
Las áreas de extensión universitaria (trabajo en comunidades) e investigación se han reducido a lo mínimo. Las estadísticas del último Núcleo de directores de los Consejos de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológicos (CDCHT), indican que el presupuesto asignado a la investigación no alcanza el 1% del presupuesto total del sector universitario. Siendo que en 30 años (1982 – 2012) la investigación de primerísimo orden en Venezuela, lo han venido realizando instituciones públicas, como el IVIC, UCV, ULA, USB y UC, mientras publicaciones de investigación educativa de prestigio académico, como Kaleidoscopio, en la UNEG, registrada en el LatinIndex, como una de las más prestigiosas de América Latina, han tenido que detener su proceso de edición por falta de presupuesto.
Los miembros del CDCHT han advertido que la producción de conocimiento científico y humanístico, de excelencia académica, se ha reducido en un 37,5% en los últimos 4 años.
Esta cifra es alarmante en un país que posee las mayores reservas de petróleo del mundo y sin embargo, el actual gobierno, al restarle presupuesto a las universidades, evidentemente desprecia el conocimiento académico del docente venezolano.
No es posible mantener un cuerpo académico de primer orden, dictando cátedras en las distintas universidades y centros de investigación, con unos sueldos que no alcanzan el salario mínimo nacional. Las asociaciones universitarias, junto con su federación (FAPUV) han advertido que los sueldos y salarios no compensan el ejercicio para el cual han sido formados los profesionales que se desempeñan en la academia universitaria venezolana.
Cada año el registro académico internacional observa a Venezuela como uno de los países en Latinoamérica que mantiene un descenso permanente en sus estándares académicos. Para finales de 2012 Venezuela ha descendido del puesto 6, detrás de Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia; al puesto 7, ahora detrás de Cuba, con universidades claramente vistas como de segunda y tercera categorías.
Mientras países, como Brasil ubican a sus universidades como las primeras en Latinoamérica y entre las primeras 100 a escala mundial, Venezuela apenas puede mantenerse en los registros del Consejo de Investigaciones de España, el Instituto de Investigaciones de la Universidad de Shanghai, o la Webmétrica, con poca visibilidad en los registros cibernéticos y mucho menos, entre los centros académicos de excelencia a escala mundial.
La restricción presupuestaria que mantiene el gobierno contra la universidad republicana, autónoma, democrática y popular, se debe a una bien planificada estrategia desarrollada desde hace varios años para ocupar las universidades y centros de investigaciones. De hecho, ya existen universidades pequeñas que han sido intervenidas e incluso, han destruido sus Consejos Universitarios. Tal parece el caso de la Universidad Experimental del Yaracuy, donde solo existe un rector quien ordena y decide.
La garantía de una victoria de los universitarios sobre este gobierno inepto, interventor y autoritario es mantener un conflicto donde la comunidad universitaria esté unida: estudiantes, personal de servicio, administrativo, y docentes. Esa es la única forma de enfrentar la solapada intervención contra nuestras universidades.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
Eleazar León: esplendor de palabra
Estamos en el país del dolor. Eleazar León
Siempre admiré la capacidad de Eleazar León (1946 – 2009) para memorizar sus poemas y la de sus más entrañables cercanías, como Li Po, Ezra Pound, Ramos Sucre, Walt Whitman, San Juan de La Cruz, entre tantas voces universales similares a su impecable registro vocálico. Voz recia, cadenciosa, rítmica y de áurea nitidez.
Fue, además de amigo, mi profesor en la Escuela de Letras en la Universidad Central de Venezuela, asesoró mi tesis de grado, y fue mi compañero de bares y caminos.
En el verano de 1978 vivía en la etrusca ciudad de Perugia, al centro de Italia. Estudiaba lengua, literatura y cultura italianas. Cierta tarde de finales de julio, estaba frente a la universidad con unas amigas practicando el bella ciao, la emblemática canción de los partisanos italianos, sentados justo diagonal al célebre Arco etrusco. De repente vi detenerse un autobús de la ruta comunal. Entre parroquianos y turistas vi descender a Eleazar, quien risueñamente se unió al grupo para terminar nuestro canto.
Después de los abrazos y las formales presentaciones nos fuimos a un bar y terminamos en la madrugada leyendo poesía, frente a una empedrada chimenea, en una vieja casa de campo que nuestras amorosas amigas alemanas habían alquilado.
Esa vez Eleazar escribió dos poemas donde los pájaros, los antiguos muros y las estrechas calles del pueblo, llamado Colombina, giran y son alegrías vespertinas en esos días calurosos.
Con Eleazar también recorrí el pueblo del poeta seráfico Francisco de Asís. Conocimos la iglesia antigua, disfrutamos los frescos del Giotto y descendimos a ver las tumbas de los hermanos del poveretto. Caminamos hasta la iglesia donde reposan los restos de Clara Favorino, la enamorada de Francisco. Allí nos extasiamos con las diligentes y hermosas monjas de azules ojos que nos obsequiaron estampitas con el legendario poema Canto del Hermano Sol.
Mi amigo era todo alegría y celebración. Escucharlo siempre fue para mí un estremecimiento y amor reverencial por la palabra. Fueron días intensos de gozo y plenitud, donde la palabra poética, la figura femenina y el vino tinto eran el centro de todo discurso.
Conservo como un talismán sus primeros textos poéticos, agrupados en una plaquette Precipicio de pájaros, (1971) donde se despliegan versos luminosos sobre el fondo de unos azules pájaros llenos de agua dulce, entre el canto de aves y esa marca poética donde la cuadratura de su versificación habla de ritos, de antiguos cantos y ese verdor que pueblan sus poemas.
Esencialmente poeta también fue ensayista, crítico literario y pedagogo de la palabra en la Universidad Central de Venezuela, donde dirigió por varios años el taller de poesía.
Sus libros son de obligada lectura para comprender la voz de la poesía y la cultura venezolana: Por lo que tienes de ceniza, (1975); Estación durable, (1976); Cruce de caminos, (1977); Palabras del actor en el café de la noche, (1982); A la orilla de los días, (1982); Reverencial, (1991); Hechura de palabras, (1992); Cuartetas, (1993); Descampado, (1999); Papeles para un adiós, (2004); Sonetos peregrinos, (2005); Rubayyats, (2009).
Apreciemos uno de sus poemas:
Cénit
Una chicharra teje a mediodía
el único deseo de su tonada. Es
un violín de una sola cuerda:
árbol y canto. Por
lo extremado de su número fijo
debe ser un gran deseo. No
se sabe qué dice ni qué procura:
vibra nada más
en delirio monótono de lluvia.
No demasiado, no se le pida
mucho al canto sonámbulo
ni al deseo de la chicharra:
repite en el cénit
la sola claridad que conoce su sueño
sin variaciones ni riquezas, fija
y hermosamente fatal.
A la vuelta de un día será hojarasca
pero habrá conocido bajo la cúpula
de un cielo de inclemencias
ebriedad, consagración, fiesta, destino.
La poesía de Eleazar León inaugura un universo de esplendores, de lucidez, de imágenes en permanente movimiento, como agua y barro que construyen el poema. Se nutren mientras al fondo, como un eco, la voz del poeta va iluminando el paisaje donde pájaros, brisa y alegría conviven con la historia que permanece en la piedra que el río desplaza en su dulcísima ola hasta llegar a la mar.
Es una poética basada en la oralidad, en la pura esencia de la palabra que celebra el nacimiento y la muerte. En su poesía no hay destino, solo un constante, permanente fluir de la poesía. Esa es su verdad, la lucidez de su existencia.
Fue ese su devenir, fiel defensor de esa libertad. Maestro y místico de la poesía. Sencillo, silencioso y amoroso, todo en ti fue pasión mientras construías tu artesanía de la palabra, cultivada en verso libre, en soneto o cuartetas.
Ahora existes en ese precipicio donde los antiguos pájaros reconocen tu voz y tu brillo.
P.S. Para quien desee escuchar la voz del poeta, puede ir a este enlace:
http://migueleguedez.wordpress.com/2008/06/07/eleazar-leon/
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
Iglesia y Estado
A los venezolanos nos ha costado sangre, sudor y lágrimas establecer un Estado republicano, democrático y profundamente laico. A inicios del siglo XIX Juan Germán Roscio (1763-1821), una de las mentes más avanzadas y brillantes de la gesta de Independencia, escribía su célebre arenga El triunfo de la libertad sobre el despotismo (1817) para deslindar el papel que por tres siglos ejercía la monarquía imperial española, a través del rey como representante de Dios en la tierra, para imponer su sistema político despótico.
Este despotismo ejercido por el monarca español, que se declaraba representante de Dios, fue reflexionado por Roscio para adelantar una teología de la independencia. Pudiéramos afirmar que fue un adelantado en esto de la teología de la liberación latinoamericana.
No olvidemos que uno de los grupos más feroces contra los partidarios de una nueva patria, fueron los curas católicos quienes desde los púlpitos arengaban a la población para que se abstuvieran de apoyar la causa de la independencia, usando como excusa el carácter divino del rey Fernando VII. La relación simbólica rey-Dios era visto de manera normal entre los creyentes, razón por la cual estar contra el rey era poco menos que ser un hereje, un pecador y por tanto, sujeto de desprecio y exclusión.
La interpretación de un nuevo orden social, político y religioso presentado por Roscio, donde el pueblo comenzaba a asumir su propio destino histórico, se materializa años después con la presencia de Antonio Guzmán Blanco (1829-1899) quien separa la influencia de la Iglesia católica en la vida del Estado venezolano. Establece el matrimonio civil (1873) como pieza fundamental de la laicidad, así como también los registros civiles parroquiales les son arrebatados al clero, entre otros logros que repliegan a la iglesia y los demás credos a un papel secundario dentro de la sociedad nacional.
Tan graves fueron estos conflictos con la Iglesia Católica que el Ilustre Americano amenazó cortar lazos con la Santa Sede y establecer una Iglesia Nacional, donde el primer mandatario y jefe de Estado sería la cabeza de esta nueva iglesia. Fue esto lo que obligó al papa Pío IX a ceder y destituir a los jerarcas católicos nacionales por otros más dóciles.
Sin embargo, y si bien los bienes de los religiosos fueron confiscados y algunas iglesias, conventos, ermitas y monasterios destruidos o convertidos en centros de enseñanza o espacios para la civilidad, la mentalidad clerical del Estado no fue separada definitivamente si no hasta bien entrado el siglo XX, con la participación de manera masiva, de la población a los centros educativos donde la enseñanza pública acentuaba la visión laica del Estado.
El pensamiento laico es inherente a la democracia y al estado liberal y republicano. Es garantía para la convivencia pacífica entre los ciudadanos.
Todos estos avances y logros de la civilidad y laicidad en Venezuela, que garantizan la libertad de pensamiento al no estar sujeta a norma moral religiosa, se están viendo resentidos por estos años, cuando presenciamos una arremetida de las creencias y prácticas religiosas del catolicismo, protestantismo y del pensamiento sincrético ancestral en el funcionamiento del Estado nacional.
Así como en otros espacios de la vida nacional se observan peligrosas intromisiones, como la mentalidad militarista y del autoritarismo, sea por civiles o militares, en decisiones de Estado. Utilizar imágenes de santos, cristos, beatos, ánimas y demás divinidades, es correr el riesgo de volver a tener dentro del Estado a la moralidad religiosa, sea de cualquier signo, entrometida en el pensamiento tradicional laico del venezolano.
Las prácticas religiosas son cuestiones privadas que deben estar circunscritas a espacios determinados, y esto porque ellas se orientan por creencias de fe (obviamente respetadas) soportadas ancestralmente por la subjetividad, que tiende a ser supersticiosa, ortodoxa y fanática. Y en el caso del militarismo y autoritarismo, marcadas por la homofobia.
Respetamos la visión religiosa de todo ciudadano. Pero cuando uno de ellos, cabeza del gobierno y del Estado –así sea como encargado- se dice seguidor del maestro Sai Baba o que sintió como un pájaro le susurraba al oído para darle consejos. O cuando los seguidores del otro opositor, reparten estampitas con el rostro de un cristo ensangrentado, tenemos que temer lo peor.
Ciertamente que para superar estas mentalidades que nos retrotraen a la superchería, superstición y el atraso mental, debemos insistir en los procesos educativos marcados por la práctica de la civilidad y los rasgos más nobles de los venezolanos: su apego a la libertad de pensamiento, sea político como religioso, pero dentro de los espacios de la pureza del alma que busca en el Otro-diferente a un semejante y con él es solidario, ético y amoroso.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis
Erotismo y política
Cuando una persona está viva, es blanda y flexible. Cuando
está muerta, se vuelve dura y rígida. Lao Tse. Tao Te King
El epígrafe que antecede al artículo contiene una verdad que se puede aplicar a nuestra realidad venezolana. Ciertamente que asistimos a la experiencia de presenciar a muchos dirigentes de grupos y partidos políticos, quienes no sólo asumen posturas inflexibles en cuanto se refiere a la no aceptación del Otro diferente en la discusión sobre aspectos de la vida nacional, también presentan una rigidez corporal, kinésica, y básicamente en la formulación de ideas y conceptos que les acercan a una vida inorgásmica extrema.
Y esto es triste porque revela lo castrante que puede ser una acción social donde estos seres humanos adolecen del sentido primario de vida: lo erótico. En ello las sociedades antiguas eran dadas a la atención de lo erótico como manera y actitud de vida, de gozo y de apertura al Otro como muestra de una vida interior que se contrastaba y permitía que los miembros de una comunidad se nutrieran constantemente en la medida que podían expresar, en su kinesis y actos de habla, el lenguaje erótico y el erotismo como formas de vida sanas que permitía al cuerpo develar su ontología, su ser profundo, que se acercaba y mostraba en la piel, en el cabello, en los ademanes del cuerpo, en la voz y en la mirada.
Por el contrario, a la gran mayoría de los líderes y dirigentes de grupos y partidos políticos de nuestra sociedad les falta sentimiento de erotismo en la práctica de la acción social. Más notoria es su ausencia en los rostros de las mujeres dadas a esta práctica, quienes revelan una faz que progresivamente se va desvaneciendo para caer, peligrosamente, en la noche de la insatisfacción que lleva a la soledad y la enfermedad de la frigidez de los sentimientos ocultos.
Y esto que escribimos en modo alguno debe tomarse como una chanza o burla. Por el contrario, es una reflexión necesaria para considerar dentro del estado de experiencias que atraviesa el conjunto de la sociedad y que debe atenderse para evitar que sirva de modelo y se generalice. Si usted analiza los rostros de las mujeres, tanto afectas al gobierno: diputadas, ministras, presidentas de institutos, entre otras, como aquellas de la oposición, concluirá aceptando lo que afirmamos.
Por su parte los dirigentes masculinos hace tiempo entraron en un franco deterioro en su capacidad erótica. De rostros casi siempre contraídos y severos, rígidos en sus ademanes, autoritarios y poco dados a mirar de frente al Otro, absolutamente parlanchines y de gestos cuasi atolondrados. Denotan que han accedido a lo que denominamos “la desproporción del lenguaje gestual”.
No tienen gestos de amorosidad en su kinesis y menos en el timbre y tono de voz. Menos aún, un sentimiento amoroso en la práctica de la libertad como modelo para una ciudadanía activa. Es, ciertamente, una oralidad y un lenguaje corporal marcados por un discurso “thanático” de muerte, de frialdad, de severidad, de autoritarismo, de riesgo, que niega el discurso natural que existe en todo ciudadano normal que practica su erotismo y es proactivo en la construcción de su vida individual y colectiva.
La ausencia de un lenguaje corporal cercano a lo amoroso, sin ser empalagoso, ha llevado al nacimiento de discursos cargados de extrema negatividad que generan secuelas físicas en quienes la practican. Es notoria la cadena de enfermedades, padecimientos y muertes de dirigentes políticos en nuestra sociedad.
Lastimosamente en la acción social del discurso erótico, la fuerza destructiva de un lenguaje marcado por la rigidez de pensamiento y palabra, insolente y degradante, está abriendo las compuertas para que se desencadene un tipo de discurso que podría sepultar toda una tradición cultural de una sociedad tan sabia y sagrada como la venezolana, acostumbrada a la expresión de un hecho de vida marcado por los rasgos de erotismo en la construcción de una oralidad que alguna vez nos nutrió y nos dio felicidad.
(*) camilodeasis@hotmail.com / twitter@camilodeasis
lunes, mayo 27, 2013
Herejías
Por los años sesenta los venezolanos vimos con estupor cómo el gobierno de entonces intentó silenciar una gaita. ¿La herejía? Denunciaba el centralismo y las condiciones deplorables como era tratada la capital de la zulianidad, Maracaibo. En boca de un gaitero, Ricardo Aguirre, se escuchó La Grey Zuliana donde, entre otros versos, se decía: “Madre mía si el gobierno no ayuda al pueblo zuliano, tendréis que meter la mano y mandarlo pa’l infierno”. Era el gobierno de Raúl Leoni, en 1968. Al Monumental Ricardo Aguirre y su conjunto Saladillo el gobierno les hizo la vida de cuadritos. Pero los adecos terminaron desplazados por los copeyanos. Después esa gaita quedó y hoy es considerada un himno en la región.
De gaitas censuradas y sus autores perseguidos, hubo otra que recordamos. Fue La gata blanca (1990), interpretada por el conjunto Melody Gaita. ¿La herejía? Aludía a la secretaria privada del entonces presidente Jaime Lusinchi, Blanca Ibáñez, la otrora barragana blanca. Su letra es directa y demoledora: “Esa gata tracalera anda toda alborotada, pues le dieron un trabajo de secretaria privada”. “La gata estudia derecho pa’ graduarse de abogado, sin ni siquiera tener bachillerato aprobado”.
Los posteriores gobiernos continuaron la deleznable y ruin torpeza de perseguir a quienes diferían de sus orientaciones y malos manejos de las instituciones. Denuncias a través del arte y la literatura se hicieron cosa cotidiana para esos tiempos, a la vez que los gobiernos se comportaban con mayor ridiculez convirtiéndose en el hazmerreír de los ciudadanos, quienes le restaban credibilidad a las disposiciones para la censura.
El colmo de estos hechos fue cuando el mismo ex presidente Rafael Caldera, en su gestión entre 1994-1999, mandó a detener a un astrólogo. ¿Su herejía? Había escrito en un diario que al mandatario le quedaba poco tiempo de vida. Fue a dar con sus cartas del Tarot directo a los calabozos de la Disip. José Bernardo Gómez debió modificar sus palabras e indicar que se refería a la muerte política del presidente y líder del llamado chiripero. Caldera murió 13 años después.
Las ridiculeces y paranoias de los gobiernos han ido aumentando, al grado de llegar hoy a causar hilaridad, situaciones grotescas y pena ajena. Una de ellas fue la denuncia que un jovenzuelo lanzó por un medio televisivo donde afirmó que el hermano mayor del ex presidente Hugo Chávez, recientemente fallecido, sería asesinado. Para ello mostró nada más y nada menos que un crucigrama donde señalaba dos palabras claves, asesinen y Adán. Esto fue suficiente para que la policía política (Sebin) actuara. El hereje y creador del crucigrama, Neptalí Segovia, profesor de inglés y desde hacía años con su “chambita” en un diario nacional, debió acudir a la policía política para aclarar tan exótico asunto y ser reseñado.
Pero el asombro y la ridiculez gubernamental no cesan. Apenas hará unos días la policía, conformada ahora por la parte judicial, el Cicpc (policía judicial) y su oficina de delitos informáticos, se trasladó desde la capital del país hasta un casi desconocido lugar, Cabudare, en Lara, donde fue rastreada una tuitera. A la casa de la hereje, Lourdes Alicia Ortega Pérez, de 53 años, llegaron los sabuesos con una boleta de allanamiento. Para el momento de su detención tenía en su registro de Twitter, 12 seguidores. ¿Su herejía? Haber respondido a un seguidor, quien preguntaba sobre la muerte del presidente Hugo Chávez: “no se pero convertido en muñeco de cera está” (sic).
A la fecha, y después de rendir declaraciones, la tuitera quedó en régimen de presentación judicial. Sus instrumentos cibernéticos confiscados, reseñados, puestos patas pa’rriba y quizá con un susto en la boca del estómago al verse rodeada por tantos sabuesos. Hemos revisado los tuits de otros personajes que sobrevuelan el Twitter. Sus trinos (escritos) son atronadores, otros suben de intensidad y el resto no pasan de graznidos. El de Lourdes apenas fue un trino de cera.
Qué ocurrió entonces. Equívoco? Señas falsas? Algún pájaro de mal agüero? Sinceramente, no. Creo que ha sido todo un bien hilvano plan para silenciar, por miedo, a quienes apenas sacan la cabeza y forman parte de un grupo lo suficientemente anónimo, pero nutrido, que responde a una caracterización poblacional específica que debe ser mantenida a raya por el gobierno del Estado.
De esta manera, las lourdes y los lourdes van a sentirse vigilados por el Gran Hermano rojo. Lo interesante de esto es que el presente gobierno se enfrenta a un nuevo, inédito y explosivo medio de comunicación, que podría poner en peligro su estabilidad, no tanto política como emocional y psicológica, por tanto trino ensordecedor.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camimlodeasis
El ánima de sabaneta
Nuestra sociedad, como todas las sociedades del mundo, siempre ha estado construyendo y reconstruyendo su memoria mítico-simbólica como parte de su devenir histórico y sobre todo, cultural.
En esto los llaneros son seres excepcionalmente emparentados con espantos, ánimas, fantasmas y demás seres telúricos.
Decimos esto en función de presenciar en los últimos años cómo se ha estado construyendo un mito y culto, inicialmente válidos. Nos referimos a la imagen del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.
De ánimas está cundido el llano venezolano. El ánima de Pica Pica, el ánima de Nicanor, el ánima de Montenegro, el ánima del Ajilerito, el de la Mata del Ánima Sola, el extendido culto al ánima de Taguapire, cubren la inmensa sabana nacional. En ellos la creencia popular ha depositado su fe y su fidelidad más allá de las observaciones que en su momento han indicado las instituciones oficiales en contra de rendir culto a personas no autorizadas por la iglesia. Contrario a la exigencia oficial que afirma la rigurosidad de esperar 25 años para saber si un ciudadano de bien puede ser elevado al altar de los héroes patrios, la creencia popular, por el contrario, desde hace años ha colocado en sus propios nichos, a estos y otros personajes, donde se le rinde culto por sus supuestos milagros y favores recibidos.
Es el caso del presidente fallecido quien proviene de un sector rigurosamente humano, como es el político-militar. Ya en su momento varios especialistas indicaban la tendencia a la mitificación del presidente por el excesivo culto a su personalidad. La maquinaria de su partido se encargó de construirle una aureola heroica que lo posicionó por encima de su propio partido e incluso, del Estado. En su momento más intenso Hugo Chávez encarnó al gobierno y al mismo Estado. Para ello, contó con el fervor de sus partidarios quienes sobrepasaron la medida de la razón y se situaron en los bordes del fanatismo, la ortodoxia y la superstición.
Desde entonces, ni su partido ni su ideología fueron percibidos desde la razón. Por ello el chavismo ha sido siempre una intensa emoción, una fe que cubrió con su fervor todos los espacios del territorio venezolano y partes de Latinoamérica. Si alguna ideología pudo crear Hugo Chávez ésta fue la confluencia de ideas marxistas, guevaristas, maoístas, bolivarianas, zamoranas, robinsonianas, humanistas, militaristas, socialistas y comunistas, que colocó en su “licuadora teórica” particular y de cuyo resultado surgió el llamado socialismo del siglo XXI.
No es fácil dimensionar la figura de un personaje contradictorio y carismático que nos atrevemos a afirmar, es el primer mito del siglo XXI en la historia venezolana con estas características sobrenaturales. El otro fue Juan Vicente Gómez, el Benemérito, a quien se le rinde culto, dedican oraciones y prenden velas y velones, por los lados de Maracay.
Mientras la dirigencia burocrática oficialista le construye un nicho frío, aséptico y artificioso para acelerar su tránsito a la eternidad, la creencia popular desde hace tiempo ha comenzado a prenderle velas y orar para recibir los favores del muchacho más famoso de Sabaneta de Barinas. En su pueblo y alrededores hay más de un samán que desea cobijarlo. Incluso, le han dedicado canciones, poemas y relatos donde lo “emparientan” con Florentino “el que peleó con el Diablo”.
De padre castigador y benefactor al frente de la presidencia de la república, progresivamente se convirtió en el predicador religioso más activo entre las decenas de pastores, curas, rabinos y demás oficiantes y sabedores de los misterios atávicos de la eternidad.
Y en esa función como predicador penetró indudablemente el alma nacional, en unos generando apoyos y solidaridades automáticas, en otros, rechazo. En todos, reacción y conmoción.
Ahora, el ungido heredero político de Hugo Chávez, sabiendo de esta poderosa fuerza telúrica usará, cual Mío Cid que libra su última batalla, la memoria del presidente y sus símbolos. Veremos en los tiempos venideros cómo se irá decantando esta imagen, este culto y este mito. Ya algunos afirman de encuentros místicos con el comandante. Lo más probable es que termine como siempre sucede a las mentalidades militaristas, autoritarias y egocéntricas: reducidas a las páginas de un libro de historia de Venezuela, y quizá, como culto de algún creyente viajero que se detiene en un polvoriento caserío llanero a prenderle una velita a su ánima favorita.
(*) camilodeasis@hotmail.com / @camilodeasis